El Gran DT fue un juego del diario Clarín diseñado a partir del juego londinense Football Dreams (fútbol de los sueños). Hace tiempo perdí la pasión por el futbol. Se me mezclan muchas cosas, en particular la dirigencia, mayoritariamente corrupta. Pero debo reconocer, el partido contra Brasil me devolvió la emoción. Poesía futbolística. El fútbol de los sueños.
El gran DT. El diseñador, el ejemplo. Siete años atrás se hizo cargo como interino de una Selección en crisis. La convirtió en la mejor del mundo. Alguien había mentado “Scaloni no puede dirigir ni el tránsito”. Perfil bajo, liderazgo, capacidad técnica. Así fue el martes ante Brasil, una Selección que enorgullece al país y que sin dudas, esta marcando una época. Por resultados, por juego y por la impronta que también despliega fuera de lo estrictamente futbolístico, que en definitiva es por la que se la debería contemplar, pero tiene valores que exceden lo deportivo. Son la antítesis de eso tan argento que es la argentinidad al palo.
No son agrandados, no son fanfarrones, no necesitan pavonearse ni drogarse, no necesitan vociferar “la tenes adentro”, no necesitan darle a los rivales agua contaminada, no necesitan escupir banderines ajenos. Es la Selección de los valores, del trabajo, del esfuerzo, del mérito, de la humildad, la modestia, el respeto. Basta con haber visto como el gran DT se apuró en marcarle al Dibu que eso de andar haciendo jueguitos para “gastar” a un rival de rodillas no es propio de su manual de estilo. En la previa los periodistas con vicios y guiños futboleros lo pincharon para que responda a las provocaciones de Raphinha, no solo puso la otra mejilla, sino que profesa con el ejemplo. Ganó sobradamente, mantuvo antes, durante, después la serenidad. Lejos del triunfalismo, con sencillez y humildad declaró “tengo la suerte de tener un grupo de jugadores enormes, son ellos los que salen a jugar”. Con su método, su grupo, sus códigos, su humildad, su impronta, moldeó a esta Selección y la convirtió en una marca registrada. Es uno de los DT más famoso que desea ser anónimo.
Una Selección que debió soportar la enorme presión política, en particular del gobierno K, pero que se mantuvo al margen, tanto de esa presión como de las demás. Les valió en su momento la desaclificaion descalificación por parte de un periodista de la TV Pública, dijo que eran “desclasados”. Otro ultra K, Brancatelli, mentó “pierden el sentido de pertenencia, pero no desde el sentido espiritual, sino desde la despolitización”. Como la imbecilidad no termina, el miércoles la periodista Julia Mengolini en su programa de radio los trato de “tibios” por no opinar de política a lo que una de sus colaboradoras agregó “son un producto procesado, no sabemos lo que tienen adentro”. Son los que quieren una Selección que no represente los valores que representa sino los de la argentinidad al palo. Lejos de eso, la conducción pulcra, sin estridencias, llevó a la Selección a este proceso ganador. Juega bien, gana, gusta. EL fútbol de los sueños.