La CGT realizará una “acción sindical de 36 horas” el 9 y 10 de abril. Desde el inicio democrático a Alfonsín le hicieron 13 paros generales, 8 a Menen, 8 a De la Rúa, 2 a Duhalde, 1 a Kirchner, 5 a Cristina, 5 a Macri, ninguno al peor gobierno de la democracia, el del tridente Alberto, Cristina y Massa, a pesar de los peores indicadores económicos. ahora, si se concreta, el tercero a Milei, en menos de un año y medio de gobierno. A Alfonsín le hicieron el primer paro a los 269 dáas de gobierno, a Menen a los 1068, a De la Rúa a los 79, a Duhalde a los 141, a Kirchner a los 1416, a Cristina a los 1808, a Macri a los 484, a Fernández 0, y a Milei antes del primer mes y medio de gobierno. Los datos hablan. Queda claro como es el mecanismo cuando gobierna un gobierno peronista y como, cuando es un gobierno no peronista.
Este modelo sindical con caciques que en su mayoría siguen eternos en sus cargos, con más de 30 años en sus poltronas, son responsables y parte fundamental de la eterna decadencia argentina. Burócratas, patoteros, incultos, violentos, anti democráticos pero por sobre todas las cosas, multimillonarios. Ninguno, ninguno de ellos viven ni de cerca como sus representados. Se mueven en autos blindados, habitan mansiones y son propietarios de múltiples empresas. ¿Es necesario el sindicalismo? Si, en una República, Un sindicalismo sano, transparente y democrático No este modelo sindical que defiende leyes de hace 70 años, que tiene incorporado a la estructura laboral la carta del Lavoro de Mussolini, que es un atavismo corporativista, que lo único que les interesa es mantener y vivir de cajas millonarias. Siempre, cuando gobierna el peronismo hay un ida y vuelta con cajas y prebendas, una relación de negocios en la cual los dirigentes peronista se alimentan de las estructuras sindicales que conducen los millonarios caciques de la CGT. Se ocupan de lo mejor que saben hacer, enriquecerse y enriquecer a los políticos del PJ. Por eso la evidente diferencia en la cantidad y en los tiempos, de los paros a unos y otros.
El Gobierno, desde el discurso en Davos viene trastabillando. Además, el criptogate tocó una fibra sensible. Después Caputo, el otro, no el ministro de Economía. Son los momentos en que el PJ huele sangre y su estrategia de desgaste tiene en el sindicalismo a un jugador esencial. Arreglar la economía, reformar el Estado son condiciones necesarias pero no suficientes. El Gobierno confunde donde esta el enemigo. Se pelea con sus aliados. Trastabillar bajo la influencia del peronismo puede costar muy caro, Son traidores por naturaleza y esperan el momento para recuperar el poder y los negocios. Por más peleados que estén entre ellos, antes esos dos paradigmas se unen sin pruritos.