Hace aproximadamente veinte días, con conocimiento fidedigno de un caso de tuberculosis dentro del geriátrico del hospital de Carcarañá, tuve la opción de plantearme (como ser humano que respeta la vida) la cuestión sobre qué valores estamos manejando a nivel humano (por encima de todo) y, luego, técnico, legal y político.
Por María De Los Milagros Santi
Escritora
Alguien conocido por todo el pueblo y sin familia (sin mujer, sin hijos, nada) ingresó (como si tuviese un “simple resfrío”) en el geriátrico del Hospital Carlos Goytía de Carcarañá con un severo cuadro de tuberculosis, ya diagnosticado previamente.
Por razones personales, conozco todo sobre los hechos…
Los enfermeros, tuvieron que asistirlo sin la mínima norma de seguridad que es “norma clínico-legal” en semejantes casos…
Llegaban a su casa y tenían que hervir su ropa de trabajo, desinfectar el calzado con poderosos químicos y todo lo inherente a recaudos elementales luego del contacto directo cotidiano con alguien con semejante enfermedad, mientras el enfermo adolecía del abandono social con que se lapida, hoy, a aquellos que no tienen familia o ciertos recursos (muy obvios).
Hoy, geriátricos y hospitales públicos y entidades semejantes, no son ya un sitio donde uno acuda para “resolver situaciones extremas” o reclamar atención si carece de obra social, si no, “depósitos” para aquellos que se descarta, sin considerarse su condición de seres humanos sufrientes (dentro de una sociedad, precisamente, de descarte), como también, es necesario resaltar las condiciones “delictivas” (realmente es delictivo el caso) en que se obligó a los empleados y enfermeros a asistir a esta persona, con el consabido alto riesgo de contagio, careciendo de los elementos mínimos de seguridad requeridos para tales situaciones.
Finalmente y, ante presiones, ciertamente “desconocidas” (pues los reclamos del personal a cargo, afectado, no fueron atendidos), se derivó al paciente a otro hospital sin saber nadie (que, asistiéndolo, se involucró en lo moral y humano con él, como, naturalmente, sucedió) dónde fue a parar…
¿Qué pasa aquí, en Carcarañá que, tuvo a su geriátrico, hace unos veranos (uno de los más calurosos de los últimos tiempos) con los ancianos al borde de golpes de calor y descompensaciones graves por no instalar, en mucho tiempo, un sólo aire acondicionado?
¿Qué le pasa a los directivos del hospital que, entraron en la vorágine, tan manifiesta, de la sociedad actual de considerar a ancianos y gente de bajos recursos como un peso del que hay que desentenderse cueste lo que cueste?
Y, ¿el ser humano, como ser que siente?… ¿Ya no siente?
Bastaría con preguntar (ejerciendo el derecho y deber cívico, que todo ciudadano tiene), informarse respecto al cumplimiento de las funciones de cada entidad pública que todos pagamos, no sólo con nuestro dinero, aportado como impuestos, si no, avalada por nuestros valores y responsabilidades, para equilibrar el desajuste moral que tanto afecta la clara visión del verdadero valor de una vida.
Obviamente, nadie se establece en una edad determinada, eternamente, como si el tiempo se detuviese a nuestro antojo.
Hoy, fue una persona que tenía muchos más años que yo y muchos otros pero, mañana o pasado, podría ser yo misma o cualquiera de nosotros… ¿Y????
¿Qué hacemos por nuestros semejantes, a sabiendas que también podemos estar en ese mismo lugar, bajo determinadas e imprevisibles circunstancias?
Si no hacemos, aunque sea un poco (denunciar, investigar, reclamar), cuando haya pasado un tiempo, todos seremos descartables y nuestra seguridad e integridad física y moral (como la de los enfermeros del geriátrico de Carcarañá, también) estará en manos de aquellos que, se venden por unas monedas o, piensan que serán eternamente jóvenes, perpetuándose en cargos que ya, parecen monarquías interminables y, en demasiados casos, “cargos hereditarios”, en tanto, el ser humano, se irá volviendo un “ente desechable”, siendo esta condición, determinada por su edad, su situación económica o cualquier arbitrio del directivo de turno, con potestad de “arrojar” a una persona (como eso: “desecho”) a cualquier entidad que, se instituya como “reservorio” de aquellos “descartados” que, en verdad, necesitan de atención extrema y especializada y consciente solidaridad.
Lamentablemente, no es el primer caso de desprecio de la dignidad humana en este hospital pues, ya se produjo la violación de una paciente que tenía un retraso mental grave y muchos otros casos que, se han ocultado deliberadamente pero, como siempre, cada gestión municipal, “arrima fuego para su candela” e interviene hasta allí donde su bolsillo no quede afectado, enarbolando una falsa bandera de justicia mientras, el hospital, sigue en la misma situación inhumana, utilizado como campo de batalla político-demagógica y con una eterna gestión desastrosa qué, sólo Dios sabe, hasta cuándo y con qué o quién, terminará…
Y más triste es saber que no solo en el hospital la profilaxis no es la adecuada además de el cuidado de la integridad de los adultos mayores. Me pasó que me llamaron para trabajar en el geriátrico nuevo en el viejo edificio de la clínica sobre calle Sarmiento, y créanme que no ví un solo acto de humanidad…se los resumo en que con una misma «esponja» higienizaban las zonas íntimas de todos los adultos mayores, esponja que enjuagaban sobre los platos sucios en la cocina.
en sanatorio de nuestra ciudad ,la atención es muy limitada, trata de no enfermarte un fin de semana, a nuestra familia en mas de una ocasión los salvo la atención del personal del HOSPITAL CARLOS GOITIA
Pésima atención, del hospital Goitia! Están siempre durmiendo, vas a la guardia los despertaste y te atienden con una cara de tuje, que ni ellos se aguantan. Más irrespetuoso son que golpeas en la puerta de la guardia, y hay gente esperando y te dicen;por que venís, que te pasa? En ves de hacerte pasar y ahí recién preguntarte que te pasa o por que acudis? Si yo caigo por una emergencia y no quiero que todo carca, se entenderé me parece que lo más lógico es hacerte pasar y recién dentro de la habitación, preguntarte el por qué de tu visita. Duela lo que te duela, ibuprofeno o paracetamol… golpeas no hay nadie adentro de la guardia, te atiende un enfermero te pregunta por qué venís y que aguantes que te va a atender la doctora. Te cierran la puerta, y al rato sin que salga nadie de la guardia te hacen pasar? O sea si no hay nadie por que tan larga?? Presencie varias veces como maltrataban a un chico especial y con problemas de alcohol. Doctores o enfermeros hicieron la promesa de salvar personas… así te caiga, por que me metí un palo en el ano , o en cualquier estado, ya sea alcoholizado, o drogado, tienen que atender a la persona y no juzgarla. Ojalá la gente junte firme y cambien a ese grupo de doctor/a enfermera/o que no quieren trabajar y hacen todo de mala gana. Todos en Carcaraña, se quejan de como es la atención en este hospital!!!