El hecho aconteció durante la madrugada del domingo 4 de agosto en una vivienda de Cañada de Gómez cuando dos parejas de jóvenes salían de un boliche. Lo que parecía ser una mañana normal se convirtió en una pesadilla para una de las jóvenes que habría sido abusada por ambos chicos que la acompañaban. Entrevistamos a la víctima quien dio escalofriante relato de lo que vivió. “Se me reían los dos de lo que me hacían”, contó la chica a La Imprenta.
Por Emanuel N. Soverchia
La mañana del domingo 4 de agosto pasado Y.G. como mencionaremos a la chica de 26 años víctima de este aberrante hecho, por cuestiones de su seguridad y a pedido de ella misma; salían de bailar de un local de la ciudad junto a su amiga y dos muchachos. Y.G: era acompañado por M.R. un joven de 21 años con el cual tenía encuentros cotidianos y su amiga en compañía de A.B. de 23 años; quienes eran conocidos por las chicas.
Las dos parejas se dirigieron a la casa de uno de ellos (A.B.) donde se desencadenó la repudiable situación que en la siguiente entrevista relata con detalles Y.G. para La Imprenta.
“Esto sucedió Domingo 4 de agosto. Salimos de un boliche, M. R. conmigo y A. B. con una amiga; nos dirigimos a la casa de A.B., uno de los chicos que estaban con nosotras. M.R. y yo comenzamos a tener relaciones, quien era la persona con la cual me veía a veces. Mi amiga estaba con A. B. del otro lado de la pieza”. Comenzó contando la joven que habría sufrido el brutal abuso.
Continuó: “En un momento mi amiga comienza a besarse con A.B. y ella lo notó abusivo, le arrancó su cancán y le decía que ‘era una cagona’ por no querer estar con él; y varias palabras feas. Ella no quiso tener relaciones porque se sintió asustada y tuvo miedo, él la obligaba y ella no quiso…”.
La situación se tornó aún más preocupante y los dos muchachos habrían intensificado su abuso según las palabras de Y.G., una de las chicas que los denunció.
“Mientras M.R. y yo teníamos relaciones, viene corriendo A.B. y me obligó a practicarle sexo oral… se me reían los dos de lo que me hacían, mientras yo pegaba piñas y patadas. En eso yo les pedía que paren que no quería, me quería ir y no me dejaban. Luego fue al revés me hace lo mismo M.R. que me hizo A. B.”; explicó Y.G quien además amplió su espeluznante experiencia diciendo que “Yo estaba con M.R. y A.B. hace eso, después me da vuelta; me pone contra el colchón boca abajo; me penetra, y M. R. se reía y me obligaba a hacerle sexo oral… les pedía que me dejen ir…Y así sucesivamente los dos hicieron lo mismo cuando yo dije no, es no. Yo confié en esa persona, pensé que me iba a defender pero me equivoqué. Se me rieron en mi cara…”
Y.G. vivió junto a su amiga un escenario escalofriante que verdaderamente deja al descubierto actitudes de este acto por parte de la persona en la que ella se sentía protegida, sin saber lo que le esperaba aquella madrugada.
Prosiguió su relato Y.G.: “Les pegué, les grité: ¿por qué me hicieron esto? Y salgo corriendo
(Quiero agregar que mi Amiga vio cuando A. B.me sometió a hacerle sexo oral, y salió corriendo; se asustó, se anuló. Diez minutos duro todo esto). Entonces salgo corriendo y en eso llega un auto amigo de ellos; le pido por favor q me lleve a mi casa y se subió (al auto) M.R y le dice gritando ‘¡arrancá arrancá… dejala no la lleves!’. Me quedo llorando, salgo caminando y encuentro a dos amigos de mi hermana que me trajeron a mi casa”.
La joven cañadense no podía entender por qué aquel chico con el que se veía siempre y que al que ella le había confiado todo su ser, le había jugado esa mala pasada. La había expuesto sufrir semejante instante de humillación y maltrato. Y.G. decidió denunciar a los dos muchachos, pero no todo saldría como esperaba.
Señaló la chica con ese dolor que sólo sienten aquellas personas que pasan por algo así: “Ese domingo estuve todo el día acostada y con los ojos hinchados; no quería ni salir afuera. Ese mismo día me llegó un rumor de ellos hablando mal de mí y atajándose de todo. A la noche me envían un mensaje atajándose y culpándome a mí de lo que había pasado. M.R. riéndose de mí y negándome que nunca había estado conmigo…”
Y describió también: “Hice la denuncia el lunes a la noche la Comisaría Primera, tenía miedo, no quería hacerla; me acobarde en el momento que a ellos les pegué y les grité; llorando les dije que los iba a denunciar. Llegué a mi casa y no paraba de llorar, me duché y me acosté. Mi mamá me preguntó que me pasaba y si estaba así por mi ex pareja y le dije que no… pero me dormí llorando”.
El pasado miércoles 27 de agosto los dos muchachos acusados de abuso sexual fueron detenidos con prisión preventiva por 90 días pedida por la fiscal y acatada por resolución de la justicia. Sin embargo en la audiencia que se llevó a cabo 29 de agosto no todo resultó como la joven esperaba.
“El día lunes lo cuento y se enteran mis padres quienes me llevaron a hacer la denuncia. Me toman la declaración pero no pusieron todo. Después me cita la fiscal la semana siguiente y le conté todo. Más tarde con la psicóloga y así varios días de declaraciones y hasta que llegó la audiencia. Llego con mi papá y allí estaban los familiares de ambos; entro, los policías cuidándome en todo momento porque yo tenía miedo”, explicó Y. G, y agregó “Me siento, llega el juez y me hizo una pregunta que no recuerdo bien como si yo quería que sigan presos o en libertad. Les dije que quiero que estén presos para que paguen por lo que me hicieron, a lo que pregunta el juez si quería agregar algo más; respondo: ‘tengo miedo’ . ¿Y el señor juez me pregunta miedo a que? A que me pase algo después de esto…”
La chica abusada contó también que uno de los acusados, ya puesto en libertad comenzó a hostigar a ella y a su amiga, en la vía pública.
“Ya me lo crucé hace dos semanas a M.R.; yo iba con mi mamá y me gritó insultos. Ese mismo día de la audiencia largaron lo largaron. Dos días estuvo detenido. A mi Amiga el día sábado a la tarde M.R. la insultó. Ella tiene miedo y no la dejaron salir los padres ese fin de semana”.
“Ellos tenían para prisión preventiva por 90 días lo q dicto la fiscal; y uno no cumplió ni 3 días, ya que el juez lo libera el mismo día de la audiencia. Por lo que tengo entendido el argumento para liberarlo fue que M.R. fue con mi consentimiento, pero se ve que la violación entre los dos no fue nada; Cuando yo dije que paren, que me suelten, que me quería ir, No cuenta… Cuando una dice ¡no, es no! Yo estaba con una sola persona, después fueron dos y M.R. no me defendió, abusó de mi cuando le insulté diciéndole que me suelte e hizo exactamente lo que hizo A.B.; los dos abusaron de mí; puntualizó la mujer agredida.
Con respecto a A.B. el otro hombre que habría participado de este hecho aún continúa detenido debido a quién está más comprometido con las acusaciones que pesan sobre él, puesto que a través de los allanamientos habrían encontraron objetos que lo vincularían con otros actos delictivos.
“Quiero que M.R. pague por lo que me hizo, no es justo que este libre. A.B. sé que es el más perjudicado porque al allanarle la casa buscando mis pertenencias que quedaron ahí y verificar como era la pieza. Entonces resultó que dieron vuelta todo y ya no estaba todo como antes…Lo único que quiero que caiga todo el peso de la ley sobre ellos. No quiero cruzármelo a M.R. tiene una prohibición de acercamiento hacia mí de 200 metros”, concluyó Y.G.
Cuando le preguntamos a la mujer cañadense sobre su actual estado de ánimo y que le gustaría expresar a la comunidad al respecto de lo que vivió aquel fatídico día, la joven se expresó con un emotivo texto que publicó también en las redes sociales:
«En estos momentos tratando de salir adelante porque tengo a mi familia q no me dejan caer amistades y mucha gente q me apoya,
No vine a este mundo a ser una mediocre. Así que no quiero serlo. No puedo seguir diciendo que estas bestias me arruinaron la vida porque puedo hacerme cargo de irme con uno de ellos fue un error mío pero no del delito que cometieron ellos. Y la totalidad de mi vida no puede reducirse a que me hayan violado 2 tipos que, dicho sea de paso, no sólo 1 está prófugo sino que está libre uno de ellos. Y para mí la libertad es lo más preciado que tenemos y uno de los que salio , no se la merece .Cada vez que me violaron en contra de mi voluntad ensuciaron, insultaron y traicionaron a la libertad. No quiero a este violador libre, lo quiero privado de su libertad, encerrado y hostigado, como estuve yo esa mañana adentro de esa pieza.. Merezco volver a ser libre y volver a tener sueños. Merezco volver a sentir cosas lindas y no este veneno que tengo dentro mio. Merezco volver a reír con ganas y a llorar solo por lo que haga falta. Merezco unos amigos que puedan contar conmigo. Y si esto es mucho pedir, entonces, por lo menos merezco poder comer, dormir y disfrutar de mi pequeña familia, Merezco volver a confiar en alguien una vez más. Porque cuando te violan, el tiempo es denso y esperar es un espanto. Quiero que la vida me deje de doler. Quiero que estar despierta sea un deseo y no una tortura. Quiero que dormir sea descansar y soñar con cosas lindas, no quiero más pesadillas con la cara de estos animales (con perdón de los animales). Quiero que a mi mamá no le duelan las sonrisas. No quiero que la gente me tenga lástima. Quiero que la gente quiera justicia. Pueda que jamás me olvide de esa eternidad en la que fui sometida a ese infierno de escuchar la respiración y la excitación de ellos mientras me violaban, Ni sus cara de placeres frente a la mía de pánico. Puede que nunca olvide sus caras ni su voz. Pero tampoco voy a olvidar nunca qué merezco quién soy y algún día me va a doler menos. Y la vida que tenía antes del 04 de agosto (que hoy parece una utopía) algún día me pertenecerá de vuelta. Me juré a mí misma que no voy a rendirme hasta que no haya justicia…
PD: Nadie me hará creer jamás que fui, soy o seré culpable de que me hayan violado».
Nota publicada en el Periódico Libre La Imprenta de Cañada de Gómez (6 de septiembre de 2019)