UN ANIMADOR DE LA CNN LOCAL, ASEGURA QUE ALGUNOS SECTORES OSCUROS DE LA POLÍTICA “TIENEN QUE DESAPARECER”.
Por Juan A Frey. – 14 de marzo de 2025. –Actualizada el 10 de junio de 2025.
Esto expresó hace tiempo atrás, el irresponsable que utiliza por la mañana un micrófono en la CNN de Cañada de Gómez, para proponer la “desaparición” de los sectores que apoyaron el reclamo de los jubilados por considerarlos oscuros; no dejando muy claro, si se refería al color de la piel o a su origen social. El presunto periodista que en su permanente autobombo afirma hacer “periodismo puro”, lo que evidentemente hace, no es periodismo puro, sino fascismo puro. Posteriormente, negó la existencia de infiltrados en el atentado al fotógrafo Pablo Grillo y omitió que los que prendieron fuego al patrullero fueron el verdadero personal “oscuro” que no son precisamente los barras destituyentes.
El acceso a un micrófono no es simplemente un vano privilegio, sino una seria
responsabilidad. Los periodistas, como formadores de opinión, deben apegarse a un marco ético que promueva la verdad, la inclusión y el respeto. Declaraciones como las mencionadas en esta frase no solo son irresponsables, sino que además pueden normalizar discursos de odio y alimentar ideologías peligrosas.
El mismo animador también se aventuró a afirmar con la misma soberbia y en un insólito cincericidio, “que sus compañeros no serían nada sin él”.
Los medios de comunicación son agentes de cambio social con la capacidad de moldear narrativas. En este sentido, cuando se utilizan para promover ideas de exclusión o la desaparición de ciertos actores sociales, se rompe con la función primordial de los medios que es informar de manera objetiva y equilibrada. Además, este tipo de lenguaje, puede desencadenar violencia simbólica o incluso física;(*) también se olvida este memorioso selectivo, de la dramática época de plomo que vivió nuestro país justamente con “las desapariciones”.
Es importante considerar que quien impulsa a ciertas voces a usar un
lenguaje tan extremo y divisivo, en muchos casos, estas declaraciones
promueven contextos de polarización, donde las diferencias ideológicas se
convierten en trincheras. Apelar a la abstracción de sectores oscuros sin aclarar quiénes son, o por qué se les señala, alimenta la desinformación y el miedo.
También es crucial que la ciudadanía desarrolle un pensamiento crítico
frente a estas situaciones. Esto incluye cuestionar la credibilidad y la
intención detrás de ciertos mensajes, así como exigir que los medios y sus
comunicadores asuman la responsabilidad de sus palabras. En última
instancia, es fundamental promover un periodismo que rechace cualquier
forma de violencia discursiva y se comprometa con la construcción de
sociedades más justas y solidarias.
El periodismo irresponsable puede tener un impacto significativo y, a
menudo, perjudicial en la opinión pública ya que actúa como un vehículo
muy poderoso para moldear las percepciones colectivas. Cuando los
periodistas no verifican fuentes o publican información sin fundamento,
contribuyen a la propagación de noticias falsas. Esto genera confusión,
fomenta creencias erróneas y dificulta que el público distinga la verdad de
la mentira. El lenguaje incendiario o sesgado, puede intensificar las divisiones sociales y políticas. Esto ocurre especialmente cuando se usa un enfoque sensacionalista para obtener audiencia, priorizando la controversia sobre el análisis equilibrado.
Declaraciones irresponsables pueden legitimar actitudes discriminatorias
o violentas hacia ciertos grupos y esto no solo perpetúa estigmas, sino que
también puede desencadenar actos de violencia física.
La irresponsabilidad periodística socava la credibilidad de los medios en
general, lo que lleva a una mayor desconfianza en las instituciones que
deberían servir como guardianas de la verdad.
En esencia, el periodismo irresponsable no solo distorsiona la realidad,
sino que también erosiona los valores democráticos al limitar la capacidad
del público de tomar decisiones informadas. Por ello, la responsabilidad
ética en los medios de comunicación es crucial para el fortalecimiento de
una sociedad más justa y consciente.
El periodismo no puede ser un ejercicio de poder arbitrario; debe ser un
compromiso constante con la verdad y el respeto hacia las comunidades a
las que se dirige. En este contexto, no solo los comunicadores deben ser
responsables, sino también las audiencias, desarrollando pensamiento
crítico y exigiendo transparencia y calidad en la información que reciben.
Promover un periodismo comprometido con la construcción de sociedades inclusivas es un desafío colectivo y esencial para preservar la salud democrática y el tejido social. La voz pública debe ser utilizada para tender puentes, no para cavar trincheras.
La reflexión sobre este tema nos invita, como sociedad, a rechazar el ruido vacío y a abrazar la profundidad y el respeto mutuo.
Concluyendo que, en este caso, solo pudo haber sido la supina ignorancia de un ególatra que la eructa desde su incontinencia verbal.
P. D.: *Memoria selectiva en la próxima nota.