Los mellizos tienen 10 años y comenzaron su emprendimiento vendiendo 4 docenas de bolitas de fraile por día para pagarse el viaje de estudio de la escuela. Una vez que pudieron cubrir el viaje notaron que podían ir por más, y sumaron más productos a sus ventas diarias. El resultado fue que ambos pudieron comprarse sus tan esperadas bicicletas 0km. Ahora van por más, y en esta nota te contamos la historia.
Fidel y Nehuén Soverchia, son dos niños de 10 años, mellizos; de Cañada de Gómez, que para el mes de septiembre debían prepararse para ir a Buenos Aires de viaje de estudio como propuesta anual de la Escuela Juan Bautista Alverdi, a la cual asisten. La mamá de los niños habló con Valeria, una amiga, “y la mejor cocinera de bolitas de la ciudad”, para solicitarle que le haga el producto casero para definir el emprendiendo de los niños; y de este modo comenzaron vendiendo 4 docenas de bolitas de Fraile para costear el viaje. Y así fue, los mellis salían de lunes a viernes, a vender por el barrio esa pequeña cantidad de bolitas, pericos y rosquitas de fraile; ayudados por supuesto, por su mamá.
En pocos días, los niños juntaron el dinero necesario para pagarse ellos mismos, cada uno su viaje de estudio a Buenos Aires, incluso les alcanzó para llevarse algo de dinero para disfrutar de la jornada en la provincia vecina. Pero no todo termina allí; Nehuén y Fidel, vieron que la demanda de bolitas era gigante, y junto a su familia decidieron aumentar el stock y ampliar la variedad. Entonces, el emprendimiento daría sus frutos. Sus padres, descubrieron que creando una pagina en Facebook podían colaborar aún más con los chicos, y que serían como una especie de publicidad para el emprendimiento, y así fue; los pedidos empezaron a llegar desde las redes sociales también.
Los mellis, se dieron cuenta, que con esfuerzo, dedicación y con el apoyo de sus padres, podían lograr, unas horas al día, luego de escuela, vendiendo las bolitas mucho más de lo que creían. De cuatro docenas, pasaron 8, y cada día los niños felices veían el progreso en sus ahorros para alcanzar uno de sus objetivos más esperados, sus bicicletas nuevas.
Hasta que un día, llegó la primera alegría a sus rostros. Pudieron juntar el dinero para la primera de las bicicletas; ambos sabían que el esfuerzo fue mutuo y que la primera bici había sido trabajo de los dos, por lo que de acuerdo, primero compraron una de ellas. Una hermosa y reluciente Fire Bird, con cuadro de aluminio, talle 29 de color celeste con 21 cambios, para Fidel; todo un lujo para los niños. Y todo gracias a su propio sacrificio. Ahora, en busca de la otra, los dos continuaron su epopeya. Fidel recorrió por toda Cañada mostrándole a sus “clientes” su nueva adquisición tan emocionado que no le cabía el corazón en el cuerpo. Recibió felicitaciones de todo el mundo, y hasta uno de compradores, le filmó en un video para las redes que lo convirtió en popular durante varias semanas.
Los mellis, volvían a casa, explicándoles a sus padres que las personas les pedían aún más bolitas y que no alcanzaban a cubrir las demandas. Entonces su mamá le solicitó a las “manos mágicas” de Valeria si podía hacerles más bolitas, pericos y rosquitas. Y ante la positiva respuesta de la cocinera, unas 12 docenas ya estaban en las calles de la ciudad en busca de nuevos degustadores.
Al poco tiempo, llegó la otra alegría. Una fantásticas y esplendorosa bicicleta Orbea con cuadro de aluminio, talle 29 de color negra y roja, con 21 cambios; ya estaba en manos de Nehuén; que con lagrimas en sus ojos corrió a mostrarle a sus seres queridos y a los clientes su bici tan esperada, ya que ésta fue la última en comprarse. El llanto de alegría y emoción en los ojos de Nehuén demostraba todo el amor que un niño tiene, al valorar su recompensa. Ese sacrificio había tenido su fruto más preciado. Entonces, los niños, como recompensa a su esfuerzo, junto a sus padres, decidieron tomarse un día a la semana de descanso. Desde allí, la venta se hacen de martes a viernes, y los pedidos más lejanos van con su mamá en moto, haciendo de deliverys por toda la ciudad.
Luego de esto, los mellis, vieron que su hermanito, Gael, quería una bici, ya que veía a sus hermanos disfrutar de las suyas. Entonces, tanto Fidel como Nehuén, propusieron continuar con la venta de bolitas, para comprarle la bici a su hermanito de 4 años; y en ese objetivo están; pero les cuento un secreto… también quieren seguir con el emprendimiento porque desean pagarse sus carnets de pileta y otras cosas… Pero esa es otra historia, que se las contaremos en otra oportunidad.
Fidel y Nehuén, y toda su familia, quieren agradecer a toda la comunidad de Cañada de Gómez por hacer realidad el sueño de sus hijos y ensarñarles entre todos a que a pesar de todo, el sacrificio y el esfuerzo siempre, tiene sus recompensa. Gracias a todos y en especiela a Valeria, que gracias a sus “manos mágicas” esto se hizo posible.