A partir del acuerdo de colaboración mutua entre el Servicio Público Provincial de Defensa Penal de la Provincia de Santa Fe, la Senaduría del Departamento Iriondo y la Fundación Arte en las Fábricas, se instalará en la fachada de la Casa del Senado de Cañada de Gómez la obra “El Abrazo” del artista Alejandro Marmo.
Esta iniciativa, denominada «La Justicia en dialogo con la comunidad a través del arte», prevée la instalación de obras de arte en los 19 departamentos del territorio santafesino y el dictado de talleres que promuevan el desarrollo de espacios comunes para el encuentro entre la justicia y la comunidad. Así, se busca promover la cultura de la resiliencia y la esperanza en relación a la construcción de un sistema de justicia restaurativa.
Sobre el artista:
Aunque el nombre de Alejandro Marmo le resulte desconocido, si Ud. vive en Argentina es muy probable haya admirado sus obras: los enormes rostros en acero de Evita del Edificio del Ministerio de Obras Públicas que se observan desde la Avenida 9 de Julio.
Nacido en 1971 en el Partido de Tres de Febrero, Provincia de Buenos Aires. Creció en el seno de un hogar de inmigrantes y conoció los fundamentos de la herrería en el taller de su padre. Autodidacta, comenzó su carrera artística a los 20 años.
Desde hace años, el artista lleva adelante un proyecto donde obreros de fábricas participan en la realización de obras para espacios públicos como forma de integración social y fortalecimiento del lazo de la producción y la imaginación.
Sobre la obra:
Su obra más reciente es «El Abrazo», dos figuras amalgamadas, que realizó con la colaboración de la comunidad y los internos de la cárcel de la ciudad santafesina de Coronda, una figura idéntica a la que instaló en otros tantos lugares del país y en el aeropuerto de Roma, conocido popularmente como Fiumicino, pero cuyo nombre oficial homenajea a uno de los artistas favoritos de Marmo: Leonardo Da Vinci.
“El Abrazo”, tiene como objetivo generar la unión existencial desde una óptica social. Su valor es significativo, ya que excede el contacto físico e individual, y nos invita a conectarnos humanitariamente con otras personas, más allá de nuestras ideas y puntos de vista, en distintos ámbitos de la vida. La obra fue realizada en formato pictórico con material de descarte de las fábricas, un vínculo simbólico sobre el que Alejandro Marmo invita a reflexionar: “recuperar aquello que nuestra sociedad desecha capaz de renacer en belleza”.