El aislamiento social obligatorio decretado por la pandemia del Covid-19 detuvo una enorme cantidad de actividades, pero no pudo con la rosca y la voracidad política local.
Por Mario A. Chiappino
Periodista
El nombramiento de la ex secretaria de Cultura Raquel Di Paola como jefa de la agencia local del PAMI en reemplazo del Dr. Carlos Saire -quien fuera desplazado de ese lugar 15 días antes- y la llegada al gabinete de Stella Clérici del ex intendente de Totoras Horacio Carnevali, son sólo las últimas novedades políticas de un tiempo donde lo único que no se paró fue el avance institucional del clericismo.
Di Paola –una buena funcionaria del área de cultura pero además con antecedentes en el sector salud- llega al lugar que originalmente se había pedido para la presidenta del Concejo Carina Mozzoni. Dicen las versiones que Mozzoni se enteró de que ese cargo estaba ocupado cuando llegó a hacerse cargo del mismo y se encontró con el propio Saire. “Me dijo que ella no sabía nada, pero a mí me cuesta creer que no hayan entrado a ver el organigrama del PAMI”, dijo Saire en el programa Intermedios. El médico, auditor de PAMI y director desde mediados de 2019, aseguró además que ese no es un cargo político sino de planta permanente y que su desplazamiento le significaba un perjuicio tanto en lo salarial como en el monto futuro de su jubilación.
Lo cierto es que rápida de reflejos y privilegiando su trayectoria y carrera política, Mozzoni
rechazó el nombramiento, lo que le valió un nuevo chisporroteo con Clérici, con quien ya se había enfrentado en diciembre. En aquella oportunidad la intendenta había decidido incorporarse al gabinete de Perotti, pidiendo una licencia extraordinaria al Concejo y dejando a Mozzoni como intendenta interina. Sin embargo, cuando se enteró que Mozzoni armaría su propio gabinete con algunos cambios y con cierta “autonomía de decisiones”, volvió atrás y se quedó en la intendencia.
Ahora –aunque algunas fuentes aseguran que fue la propia presidenta del concejo quien habría pedido el cargo- Mozzoni entendió que además del costo político que tendría llegar a dedo a un cargo “de carrera administrativa”, aceptar ese lugar en el PAMI la dejaría fuera del armado político futuro. En rigor, con su actitud Carina dejó en claro que aspira a ser la sucesora natural de Clérici, lo quiera o no la actual intendenta.
Pero lo más llamativo e inexplicable de toda esta movida de nombramientos y reacomodamientos, resultó la designación de Horacio Carnevali, ex intendente radical de Totoras, como coordinador de la Secretaría de Cultura de Cañada de Gómez.
Más allá de la crítica y enojo de algunos sectores de la cultura y de ciudadanos cañadenses que se preguntaban por qué no se designaba en ese lugar a alguien de la ciudad, no termina de entenderse cuál es la estrategia del clericismo.
“Si es el lanzamiento de Stella como candidata a senadora provincial o es muy tarde o es muy temprano para hacerlo”, dijo off de record un ex funcionario municipal. La reflexión hace referencia a que la intendenta debería haberse lanzado para este lugar hace algunos años, enfrentando en la interna al entonces senador Norberto Betique y antes de que Hugo Rasetto llegara a la senaduría. Y a que ahora es muy temprano lanzarse porque faltan más de 3 años para el recambio.
Pero si no es comprensible lo del clericismo, menos lo es la actitud del ex intendente de Totoras a quien lo único que lo une a Clérici es el odio visceral que a ambos les despierta el senador Rasetto.
Carnevali era secretario de gobierno del entonces intendente totorense Nelson Marcolini cuando este decidió presentarse como candidato a senador por Iriondo en el 2011. Rasetto le ganó la interna del frente progresista en las primarias para senador a Marcolini, pero su candidato en Totoras perdió contra Carnevali, que era el candidato de este último para sucederlo en la intendencia, cosa que finalmente ocurrió.
Casualmente esa misma elección primaria a senadores merece ser recordada porque el entonces senador Norberto Betique le ganó la interna por menos de 200 votos a Carina Mozzoni -candidata del clericismo-, mientras que en una lista por fuera del peronismo, el esposo de la intendente Clérici, Fabián Speca, obtuvo casi 400 votos. Es decir que si Speca no se presentaba Mozzoni hubiese sido la candidata del peronismo al Senado, con muchas más posibilidades que el ya desgastado Betique. Mucho más chances hubiese tenido la entonces y actual intendenta de haber sido la candidata, pero eso es contrafáctico. Lo cierto es que en esa elección general Hugo Rasetto se alzó con el triunfo y el encono de propios y extraños que hizo que, 9 años después, Carnevali y Clérici comenzaran a compartir un proyecto político.
En Totoras la decisión del ex intendente no solo fue sorpresiva, sino también muy cuestionada.
Todos recuerdan que hace sólo un año atrás Carnevali –un radical ligado a Pullaro y referente del Frente Progresista- se negó a ir por la reelección asegurando que estaba muy cansado de la política, después de varios periodos de haber sido secretario de gobierno primero e intendente después. En su lugar quedó la actual intendenta Guadalupe Lanati, que formaba parte de su gabinete y a quien Carnevali apoyó como candidata aunque ahora por Cambiemos.
Por eso desconcertó a todos esta reaparición política, de la mano de Clérici y dentro del peronismo, en medio de la pandemia.
La movida Clericista completa una estrategia inédita en la política local, destinada a ocupar
cargos y lugares, aprovechando el alineamiento partidario local, provincial y nacional. Así por primera vez un/a intendente consigue tener funcionarios que le responden en todos los espacios y lugares de poder e institucionales. Guillermo Virgili –ex presidente del concejo durante sus primeras gestiones- fue designado como Jefe de la Región de Educación, Gonzalo Rodríguez –ex médico del municipio- en la dirección del Hospital, Pablo Di Tomasso –ex director del Museo Municipal- asumió la jefatura de la Anses y Raquel Di Paola –ex secretaria de Cultura- es la nueva jefa del PAMI.
Todo parece dispuesto para que la intendenta se lance por fin a la lucha por el único casillero que hoy le falta y que es fruto de sus desvelos: la senaduría departamental.
Del otro lado el senador Rasetto, al comando del Comité departamental del Covid-19, intenta articular políticas con presidentes de comuna e intendentes, que trasciendan la pandemia y se trasladen a un fortalecimiento de su figura política.
Todo augura que cuando se supere la crisis sanitaria, se vendrá una lucha por la Corona de
Iriondo, que será mucho más complicada que la que tuvieron ambos hasta ahora en contra del Corona virus.