Micaela Enriquez (23) una joven cañadense que trabajaba como ayudante de cocina para un comercio local ubicado en la zona norte de la ciudad, se comunicó con nuestra redacción para dar cuenta de una denuncia sobre maltrato laboral. Según su testimonio y pruebas contundentes (grabaciones/audios) que recopiló a lo largo de semanas, sobre insultos, agravios y desprestigio en el ámbito de su trabajo dejarían expuesto a su empleador.
Ella misma narró con detalles lo que vivió bajo la presión de un patrón intimidante y ofensivo. “La pasé muy mal ahí adentro, aguanté todo lo que pude porque tengo un hijo; no quiero que le pase a otras chicas”, expresó para nuestro medio la chica que decidió abandonar su trabajo. Micaela solicitó dar a conocer su historia ya que el sufrimiento al cual fue sometida la llevó a hacer pública su denuncia para que esta persona no continúe cometiendo esos actos de violencia laboral contra nadie más.
Por favor, contanos tu historia, Micaela…
Soy Micaela Enriquez, quiero contar lo que me tocaba vivir en el trabajo donde era ayudandate de cocina. Trabajabamos una compañera y el hijo de mi patrona y yo. Él era el que cocinaba, tuve unas 5 peleas con él, donde se dirigía hacia mí de malas maneras.
¿Qué tipo de maltratos recibías por parte de tu empleador?
En muchas ocasiones me hacía callar la boca porque decía que si la seguía iba ser peor; yo le respondía, “POR QUÉ ME TENGO QUE CALLAR SI YO LIMPIÉ LA HELADERA, LE DECÍA QUE SE FIJE EN LAS CÁMARAS” y él me decía callate la boca porque va ser peor, me decía “¿vos que me querés agarrar de boludo a mí? Encima sos tan mal educada que contestás, tenes que respetar a tu patrón o llamalo como se te cante el forro de los huevos”. Después me hizo cortar el tronco de la alcelga para hervir, le pongo agua y empieza a los gritos diciendo «eso no lleva agua (LO TENÍA QUE HERVIR SI NO LE PONIA AGUA NO SÉ COMO IBA HACER) Le respondo “¿y esto con qué lo hervís? y me empieza a decir «baja el tonito», (nunca le levante la voz) a todo esto le digo que me voy, y me dice “terminá el trabajo antes de irte”, le pido que me trate bien y me hace gestos donde me pide que me calle y me seguía diciendo que baje el tonito, le digo que él baje el tonito conmigo porque desde que entre hasta el día que me fui tenía siempre algo para decirme…
Me responde “estás en mi casa, en mi negocio”, le respondo que yo no iba aguantar que él me trate así, y me decía “bajá los humos nena”, llama a la madre y le empieza a decir “vení a pagarle a esta piba mal educada”. No le contaba la verdad de lo que había pasado.
Unos días antes que dejara el trabajo habíamos discutido porque no encontrábamos una fuente para hacer la tortilla de papa, me dijo que la busque donde estaban todas las fuentes, lo miré mal, porque me lo dijo de mala manera. Me contenía para no decir nada, él me dice “cambiá esa cara de orto porque ya te vi como mirabas antes”, no le dije nada, y me decía “en serio te digo cortala con tener cara de orto , te voy a bajar los humos a vos; a mí no me vas agarrar de boludo”.
En otra ocasión mi compañera va a descargar la chata porque hasta nos hacían descargar la chata, y volverla a cargar, bajar verduras y frutas. No eran bolsas, eran CAJAS. Le digo “¿querés que haga la ensalada?”, donde él me dice “anda vos a descargar la chata”, cuando entro, escucho que él le dice a mi compañera “no sé para que quiere hacer la ensalada si no sabe hacer nada” (ME TRATABA DE INÚTIL, PORQUE NO HAY MUCHA CIENCIA PARA HACER UNA ENSALADA) le digo a mi patrón “si yo no te sirvo decimelo y me voy, porque vos necesitas a alguien que te sirva”, me responde “no sé, eso hablalo con mi mamá, ahora hace lo que te digo”. Me largo a llorar de la bronca, interviene la madre y se tranquilizan las cosas.
Le pido por favor que me respete, porque yo a él nunca le falté el respeto, y me dice “ni siquiera sabés lo que es faltar el respeto, faltar el respeto es que te toque el culo y la teta; eso es faltar el respeto. Se nota que esta generación no sabe nada”. Me largo a llorar, y dice “todas las que pasaron por acá fueron igual a vos, decían que yo las trato mal y que les falto el respeto; por eso tuve que poner cámaras”.
¿Con tu compañera también actuaba de esa manera?
En fin, lo que quiero es que este tipo aprenda a respetar a las mujeres; la pasé muy mal ahí adentro, aguanté todo lo que pude porque tengo un hijo; no quiero que le pase a otras chicas, que las humillen o las hagan sentir una basura, inútiles, porque no lo somos. Aparte de ayudante de cocina que éramos, nos hacían limpiar los pisos, las ventanas, los microondas, heladeras, la campana de la cocina. Dejábamos todo limpio; al otro día cuando llegábamos teníamos platos y cubiertos para lavar, porque encima comían ellos y teníamos que lavar lo que ellos ensuciaban. Eso no nos correspondía, siempre le decía a mi compañera en joda, “nos falta el balde y la cuchara, y somos albañiles”. Cuando hablábamos entre nosotras nos hacían hacer cosas distintas para que no hablemos. O cuando nos reíamos de lo que hablábamos, o de las cosas que él decía y no tenía razón yo lo tomaba como risa pero para mí, y el decía que yo me burlaba de él.
En una ocasión, estaban hablando del bono de los $10.000 donde él decía que a la gente laburante no les daban nada, que él se había anotado de caradura, porque no lo necesitaba. No se lo dieron, y dice “el gobierno está dado vuelta, le regala la plata a las negras que están todo el día de patas abiertas; lo único que hacen es tener hijos”.
Una tarde nos hizo ir 16;30hs. Llegamos con mi compañera; no había nada, sólo un hombre trabajando, preguntamos por él y dijo que no lo había visto, nos pusimos hacer lo de siempre con ella. Se hizo la hora 17:30 y no aparecía; ya que él era el que cocinaba. Nosotras no sabíamos que hacer, le digo a mi compañera que llame a la madre y pregunte que podíamos hacer; la llama y le cuenta que él no estaba, viene mi patrona, y entra a la casa; ÉL ESTABA DURMIENDO, empieza a discutir con la madre porque nos tuvo ahí una hora sin saber que hacer, y él viene a los gritos diciéndonos “ahora voy a ver las cámaras a ver que hicieron”, nosotras le respondemos que las mire. A todo esto estaba enfurecido porque la llamámos a la madre, y él decía por qué no entramos a la casa a despertarlo. Eso a nosotras no nos correspondía hacer, la madre nos defendía, el enojo le duró hasta el otro día a la mañana. Cuando entramos, empiezan a pelear de vuelta con la madre, la hizo llorar, amenazaba que él se iba a ir. Muchas veces demostró con palabras y acciones que él no me quería trabajando ahí, no sé por qué no se lo decía; y en una pelea se lo dije, “si no te sirvo decimelo y me voy”, pero él prefería tratarme mal…
¿Cómo te sentís ante toda esta violencia?
No sé porque desvaloriza tanto a una mujer o porque ese machismo hacia nosotras. La propia madre decía que nos callemos, que no le contestemos porque él se creía macho, se creía que era él patrón. Yo nunca me callé; siempre le respondí con respeto, porque el equivocado era él, no yo. Siempre le hice las cosas que él decía que hagamos; a veces nos tenían que repetir las cosas, porque con todo lo que teníamos que hacer no llegábamos hacer todo; éramos dos. Según él no éramos ayudantes de cocina porque ninguna se animaba a cocinar, pero él cocinaba gracias a nosotras que le pelábamos papa, cebolla, calabaza etc. Hacíamos todo, hasta las viandas…
Una mañana me mandó a guardar una fuente redonda a la heladera, como no había lugar la pongo al lado de una fuente cuadra, cuando vio me empezó decir “¿fuiste al jardín vos? Porque con vos tengo que empezar por ahí, ¿no te das cuenta que no se puede poner una fuente cuadrada con una redonda?» También, me mandaba hacer algo y yo lo hacía a mi manera pensando que estaba bien, capaz él me estaba mirando y no me decía que lo estaba haciendo mal, esperaba a que lo termine de hacer, para decirme de todo y que estaba mal hecho. Tenía que hacerlo de nuevo, nos hacía sacar del horno una fuente con comida y ni siquiera nos ayudaba sabiendo que no tenemos la fuerza de un hombre. Ollas grandísimas con agua hirviendo nos hacía agarrar, tampoco nos ayudaba. Encima nos tenían en negro.
La joven también nos envió los audios donde se pueden oír efectivamente lo que narra Micaela. Preferimos reservar esos documentos, por si la justicia solicitase las pruebas en caso de que Enriquez decida tomar acciones legales. Esperemos que esto sirva para que no se sigan cometiendo este tipo de actos en los trabajos y que quienes estén pasando por algo parecido se animen a denunciar o tomar firmes decisiones para terminar con la violencia laboral.
Por otra; parte queremos aclarar que por el momento no publicamos datos personales del empleador acusado por cuestiones de seguridad y ética profesional. Preferimos mantener la identidad del mismo en reserva por razones legales.