En el marco de una serie de políticas públicas llevadas adelante por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación y el gobierno de la provincia de Mendoza –a través de la firma de diferentes documentos y convenios– el miércoles 31 de octubre se realizó la entrega e inauguración del nuevo establecimiento del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Emplazado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, el Complejo Penitenciario Federal VI (CPF VI) cuenta con los más altos estándares en condiciones de habitabilidad, asistencia y tratamiento de personas privadas de libertad.
“Había una deuda del estado federal respecto de centros de alojamiento y para mí es un verdadero honor como ministro poder participar de esta inauguración. Agradezco al secretario de Justicia (Santiago Otamendi), al subsecretario de Asuntos Penitenciarios (Juan Bautista Mahiques), al director nacional del SPF, Emiliano Blanco, y a todo el personal de la institución que realizó un gran esfuerzo de su parte para que esto sea posible”, destacó Germán Garavano, titular de la cartera de Justicia.
Este establecimiento abre sus puertas con dos edificios habitacionales y 300 plazas disponibles, previendo para el mes de diciembre la utilización de un sector más. Una vez finalizadas las obras, alcanzará una capacidad que superará las mil plazas destinadas a toda la jurisdicción, con sus correspondientes talleres, modernas salas de visita para la atención de calidad de la familia y los allegados de los internos, lugares de esparcimiento y novedosos sistemas de alojamiento. La apertura del sofisticado CPF VI brindará calidad de vida tanto a la población penal alojada, como a los funcionarios que allí se desempeñen, contribuyendo de esta manera al cumplimiento de la misión del Servicio Penitenciario Federal: reducir la reincidencia, promover al desistimiento del delito y contribuir con la seguridad pública.
“Estamos desarrollando una política penitenciaria como no se había podido realizar en mucho tiempo en nuestro país. La cuestión edilicia siempre es importante, pero la finalidad del tratamiento es rehabilitar a aquellas personas que cometieron un ilícito para que salgan definitivamente de ese camino. La educación y el trabajo son precisamente esas herramientas”, concluyó Garavano.