Según una testigo, el can callejero salió corriendo desde el interior de una vivienda ubicada en Avellaneda al 1200 al norte de la ciudad, emitiendo alaridos y a unos 50 metros se desploma hasta morir desangrado. Como resultado de la necropsia, se sospecha que habrían sido tiros.
Por Emanuel N. Soverchia
Todo resultó ayer jueves 12 en la zona norte de Cañada de Gómez; cuando cerca de las 13 horas; dos mujeres caminaban sobre la intersección de calles Pellegrini y Avellaneda, cuando advierten que un perro de la raza galgo sale corriendo a toda velocidad desde una casa. Las chicas al principio no le dieron importancia debido a que pensaron en que el perro estaba siendo perseguido por alguien o por otro canino; sin embargo a unos escasos 50 metros el can cae sin vida sobre el asfalto. Al aproximarse hasta el animal notaron una grave herida en su cuello de la cual perdió muchísima sangre.
El galgo era un perro callejero, o como le llaman los proteccionistas “comunitario” que estaba al cuidado de una vecina del barrio, pero al estar ausente, otra vecina se hacía cargo. Esa tarde dejaron salir un rato al perro para que dé una vuelta, pero jamás pensaron que terminaría así según relata Romina quien fue testigo de lo que acontenció.
Romina B. presenció todo desde que el canino corrió hacia la calle hasta encontrar su fatal destino. Dialogamos con ella para obtener más datos.
“Yo iba camino con otra chica por el lugar y vimos, al perro salir corriendo de la casa de este hombre, ubicada en Pellegrini y Avellaneda; como ale corriendo cualquier perro, que sé yo a lo mejor lo corrió, pero cuando hizo media cuadra, el perro cayó desplomado muerto…”, detalló Romina, una de las testigos del hecho.
Además aclaró que “cuando nos acercamos le salía un montón de sangre por la boca, y no alcanzamos a llamar a un veterinario porque el perro se murió ahogado; y ahí empecé a tocar timbre a todas casas para ver si salía algún vecino… justo había una chica y me prestó el teléfono y llamé al 991, y la policía vino enseguida, pero el perro ya estaba muerto”.
Romina en medio de la desesperación atinó a pedirle a los uniformados que la acompañasen a la casa desde donde salió el perro, para hablar con el propietario del inmueble para exigirle los motivos del porque habría agredido al canino y con qué elemento lo habría herida de muerte.
“Cuando vino la policía le dije que me acompañe a la casa del hombre (desde donde salió el perro) y el hombre me dijo que él no la hizo nada…yo le pregunté ¿con qué le pegaste? Vos le pegaste al perro que salió corriendo y se desplomó allá muerto… y ahí me sacó la policía porque yo estaba muy nerviosa… por lo menos que diga que le pasó al perro, algo le pasó al perro porque tiene un agujero (puntazo) en el cuello”, dijo Romina a La Imprenta.
Más tarde el cuerpo del can fue sometido a análisis de necropsia para tener certezas del origen de su muerte y con qué elemento/s fue herido. Se radicó la denuncia en las dependencias correspondientes y se está a la espera de investigaciones para dar con el, o los responsables de este suceso.
LA NECROPSIA
«El resultado del primer informe veterinario de necropsia realizado el día de ayer 12 de septiembre, arrojó como resultado que «Un orificio de 5 mm en la mitad de la pared costal izquierda, a la altura de la novena costilla. Continuando el trayecto de lateral a lateral, se observaba un orificio del mismo tamaño en la parte interior de la pared costal izquierda, dos orificios, de entrada y salida en el pulmón izquierdo, dos orificios en pulmón derecho, de entrada y salida, y un orificio enfrentando a este último sobre la superficie pleural de la pared torácica derecha a la mitad de la séptima costilla, sin orificio de salida. Apenas atravesaba los músculos intercostales.»
Informaremos sobre nuevos datos al respecto a medida que vayamos obteniendo más datos.