Competencia entrevistó al ex Taekwondista cañadense en el marco del resurgimiento de nuevos espacios ligados a este deporte. Sonnet cumple 10 años fuera del Tatami y dio su postura sobre cómo ve esta disciplina en la actualidad. ¡Imperdible!
Por Emanuel N. Soverchia
En un entrevista realizada en las oficinas de La Imprenta, Cristina Sonnet nos cuenta todo sobre esta espectacular disciplina deportiva.
-Cristian, hablamos de como comenzaste con esto y cuales fueron tus títulos
-C.S.: Hace ya 10 años que me retiré del Taekwondo. Hay dos tipos de Taekwondo; está el ITF y el WTF; es el mismo arte marcial pero con diferentes maestros. Yo estaba en la ITF, que es más mundialista y es donde hay más competencia. Estuve 26 años en esa disciplina. Yo arranqué a los 8 años, más o menos en el 1985 o 1986 y estuve hasta el año 2003 aproximadamente. Fui el primer Quinto Dan que llegó al Departamento Iriondo. Quinto Dan para el que no sabe es 5 grados más que Cinturón Negro…y después de eso, colgué los guantes…
-Y contanos de tus logros…
-C.S.: Yo estuve en la Selección Argentina; estuve en varios panamericanos y a dos mundiales. Para llegar a la Selección, me costó porque primero entré en la selección juvenil en forma tul; años después entré en la selección de un equipo de Mac Soi (combate). Entre el año ‘94 hasta el ’98. Te cuento una anécdota: Cuando fui a competir a Brasil justo me tocó con un brasilero, y cual él me metía un punto a mí toda la tribuna de Brasil, alentándolo a él; y cuando yo metía un punto todos los argentinos a mí; yo solo representando a la Argentina y esa pelea la gané yo. Eso fue muy raro y hasta el día de hoy, con mis 41 años aún no puedo creerlo.
-¿Cómo descubriste esta disciplina? ¿Qué o quién te llevó a practicarla?
-C.S.: Me llevó mi padre. Yo había empezado a los 8 años, como dije antes, en el Club Everton. Hacía Fútbol en ese club y Karate Do, en esa época lo dictaba el famoso Mario Especiale. Pero me incliné más por el karate y en aquel momento trajeron el Taekwondo en Everton, que mi instructor cuando empecé fue Gustavo Daniel Blanc. Y me gustó porque estaba lleno de chicos, era otra cosa en comparación de ahora; había mucha alegría en ese momento. Y estuve 26 años, pero no siempre con el mismo instructor, luego de Blanc, seguí practicando con el que era profesor de él, Juan Carlos Lenti, que era el director general. Y desde ahí comencé a entrenar en Rosario; y ese fue mi impulso en el tema del arte marcial.
-¿Cuál fue el camino para ser profesor?
-C.S.: No fue de un día para otro. Yo empecé como ayudante de instructor, en aquel momento las prácticas tenían muchos chicos, entonces cuando uno ya tenía una cierta categoría, en partida azul o rojo, aclaro estoy hablando de aquella época, no de ahora… ya era como te ponían de ayudante del profesor. Luego llegué a cinturón negro, pero ahí era chico, no tenía edad para tener mi escuela, pero cuando no estaba el profesor, estaba yo dando clases. Cuando por fin alcancé la edad necesaria, abrí mi escuela, entre los años 1993 y 1994.
-¿Tenías muchos alumnos?
-C.S.: No te puedo decir la cantidad, pero sí puedo afirmar que hacía tres turnos: Infantiles, juveniles y adultos. Tres veces por semana.
-¿Podés definir el Taekwondo de ayer y el de hoy?
-C.S.: Un antes y un después… Antes se transpiraba el Dobok (equipo de práctica /Ropa de Taekwondo) y tenías que ganarte la categoría. Y hoy por hoy, se paga y se tiene. Perdón si hablo muy crudo, pero quiero ser realista; no quiero andar con rodeos; pero el Taekwondo de antes, vos tenías que ir a un torneo, tenías que prepararte, tenías un examen, tenías que prepararte, un curso, también tenías que prepararte… hoy en día vos te querés ir a la China, pagás, tenés. Antes para ir a la China, tenías que ir a un montón de selectivos, clasificando para poder entrar a un mundial. Con esto me refiero con un antes y un después. Taekwondo de ayer: una pasión; y el Taekwondo de hoy: Marketing.
-¿Este es el motivo por el cual vos no querés dar clases o practicar este arte marcial?
No; el motivo es que hasta el día de hoy, me gusta defender mucho el arte; y que el arte se defienda por la disciplina y no por el signo peso en la frente. Eso fue lo que me tiró para atrás.
-¿Y te gustaría volver a entrenar?
Me gustaría volver, pero yo sé que de 10 puedo rescatar 2 o 3 que van a practicar y no por mucho tiempo. Porque hoy en día, el entorno o el ambiente del que estamos hablando, no se lo van a bancar. Antes era casi como el servicio militar y hoy no lo toman tan así.
-Hemos visto muchas fotos de cuando prácticas y dictabas clases de Taekwondo ¿Qué vemos en las imágenes?
Hay una foto (portada de Competencia) que estoy en Tucumán, con el General Choi Hong Hi; él estuvo en la guerra de Vietnam, y fue quien creó, inventó y fundó el Taekwondo. Ahí en Tucumán fui a hacer un curso que lo dictó Choi Hong Hi.
-Cristian, ¿Qué enseñanza te dejó el Taekwondo de ayer y el de hoy?
El verdadero artemacialista no es violento; cuanta hasta 10. Una persona que practica artes marciales no tiene porqué levantarle la mano a nadie; al contrario, es mejor quedar como cobarde; porque uno ya es un arma; si uno quiere te toca y te desarma. Hay gente que no lo toma de esa manera; pero siempre digo que el verdadero artemarcialista no pega. El verdadera artemarcialista pelea para no pelear, ¿no sé si se entiende? A mi este arte me marco mucha disciplina, me enseño a ver los mínimos detalles, la conducta, el respeto hacia los demás; fomentar la amistad, enseñare a los chicos lo que es el arte; me permitió conocer otros países, otras culturas, otras personas; me formó.
-Ya que hablaste sobre los chicos… ¿Qué te gustaría decirles a los chicos que hoy practican este arte marcial?
Primero les diría a los padres que acompañen a sus hijos en el gimnasio y que sepan quién es el profesor o instructor, quien es el que está al frente de sus hijos. Hoy en día cualquiera enseña y no saben quién es. Entonces que se tomen un tiempito para llevar al chico al gimnasio y conozcan al profesor, averigüen si está bien capacitado; porque hoy en día es muy importante saber dónde mandan a sus hijos. Por eso mismo, repito que no es lo mismo ahora con lo que había hace 30 años atrás.