Es cierto que toda la vida en las instituciones de todas las comunidades del mundo existió el hoy llamado “bullying”, aunque antes lo denominaban de miles de maneras distintas, pero en definitiva se trata de lo mismo, chicos brabucones contra chicos sometidos. También es fehaciente, que estos hechos son más frecuentes en las dependencias educativas y clubes, y tienen varias aristas en lo que podríamos encontrarle el origen del problema. Pero lo que nadie destaca es quienes son los responsables para que estas prácticas crueles de los jóvenes de hoy sean aún mucho más nefastas y violentas. Y la respuesta es sencilla de exponer, pero difícil de asumir.
Para que un niño moleste o instigue o abuse de otro, tiene que existir algún problema que seguro lo acarrea de su hogar; aunque el bullying es una forma tristemente común de los pibes de hoy de relacionarse, y esto es porque los pibes no encuentran un rumbo firme, no tienen el timón de su barco ni se sienten contenidos ni queridos.
Se dice por ahí que quien abuse de otro, es porque proyecta sus flaquezas o resentimientos en esa persona sensible o con poca autoestima; y esto hace que el abusador o agresor se sienta poderoso ante un par que no puede más que ser su objeto sumiso. Y esto sucede en la actualidad en muchos ámbito de la vida adulta; como por ejemplo el abuso de poder los funcionarios e turno contra aquellos sectores vulnerables, como por ejemplo los jubilados, los estudiantes y la clase trabajadora; quienes no les queda más que someterse a las inclemencias de las decisiones de seres oscuros que manejan sus bolsillos y voluntades a cambio de una mísera sobrevivencia, que les alcance al menos para votarlos.
En Cañada de Gómez, recientemente han ocurrido dos casos muy graves sobre bullying y violencia en distintas escuelas locales; una en la que un niño amenazó con agredir con un arma de fuego a sus compañeros; y el otro episodio en el que un joven fue brutalmente golpeado por otro causándole una triple fractura en su rostro. Tras estas denuncias en los medios, y solo en los medios; fueron apareciendo más casos en los que muchos adolescentes padecen en sus establecimientos educativos. Y esto es el fiel reflejo de una sociedad en decadencia, que mira para otro lado, y que sólo reacciona cuando le pasa a su familia, o solo acciona cuando nos enfrentamos a un destino irremediable, como sucedió en una escuela de las Estadios Unidos.
Los directivos, solo se limitan a obedecer un protocolo impuesto “por los de arriba”, los padres se limitan a no denunciar por miedo que sus hijos sean aún más vilipendiados; los funcionarios se limitan a llamarse a silencio y los que siempre terminan sufriendo y pagando las costas son los pibes. Y repito, esto es el fiel reflejo de lo que somos como comunidad.
Los chicos piden a gritos ser rescatados de todos los visibles flagelos que atentan contra sus vidas, que no son más que provocados y producidos por los políticos que hoy “funcionan” públicamente, que dirigen a la sociedad como si fuera un cartel narco; y nadie hace nada, por miedo, por pereza y/o por comodidad. Pero se mueren los pibes, y encima se están volviendo analfabetos y en algunos casos, brutos. Un claro ejemplo, es lo que los pibes llaman “música” o relaciones.
Como padres, como docentes, como directivos de las instituciones, como funcionarios; como meros adultos; formemos nuevas generaciones con conciencia, con amor y con cultura de trabajo y valores firmes; pues los chicos de hoy serán los adultos de mañana. Y si es necesario, arriesgar nuestras vidas para que los pibes vuelvan a creer en nosotros, y no en los narcos y políticos embusteros.