La semana pasada se conoció la noticia de que el profesor Walter Sosa, quien llevaba dictando clases de tae-kwon-do en la Escuela Municipal por casi veinte años, este año no ha recibido la renovación del contrato para continuar con el dictado de clases, a diferencia de las demás actividades municipales. Anoche, en el programa Intermedios, Walter Sosa, junto a su marido, Sergio Castagna, dieron detalles acerca de la irregular situación que están viviendo y reclamaron al municipio una respuesta.
«Ingresé a dar clases en la última gestión de Abel Romegialli y estuve desde ese momento hasta el año pasado, durante veinte años, en la escuela municipal», contó Sosa en el programa. «El año pasado, para fin de año, los profesores de las distintas disciplinas teníamos que entregar un video. Yo no lo hice porque había tenido la pérdida de un familiar cercano en esa época. Desde entonces no volvieron a llamarme», explicó.
La noticia del despido de Walter Sosa se conoció a partir de una minuta de comunicación presentada por el concejal Franco Mazzoli donde se exigia que el ejecutivo municipal explicara las razones para no renovar el contrato a su empleado. La minuta se votó y aprobó hoy a la mañana en el Concejo Municipal, aunque los tres concejales del bloque clericista votaron en contra.
Esta irregularidad no es la primera que la familia de Sosa vive con respecto a sus contratos gobierno municipal. Hace cuatro años que Sergio Castagna, quien entonces impartía las clases junto a su marido, también fue despedido en circunstancias cuestionables después de que se le presentara un cuadro de diabetes. «Yo estuve cuatro años y ya hace tres años que, sin ningún motivo, me sacaron», explicó Castagna. «La excusa fue que no podía haber dos profesores de una misma disciplina, algo que yo nunca entendí porque, por ejemplo, hay dos profesores de danza folklórica actualmente», señaló.
«Al poco tiempo que me diagnosticaron diabetes fue cuando me dejaron sin trabajo», denunció el ex profesor. Al respecto de esta situación, hace un año Sosa hizo una crítica muy fuerte al gobieno municipal en el diario La Imprenta, reclamando explicaciones y un salario más justo, ya que entonces cobraba apenas 8 mil pesos por sus actividades y estaba contratado como monotributista.
Hubo ya otros reclamos por parte de los profesores de la Escuela Municipal desde el inicio de la pandemia debido a la particular relación contractual que mantienen con el municipio. El año pasado varios profesores de la escuela de música reclamaron que no los estaban llamando para ejercer sus actividades de forma virtual en medio de la cuarentena. Cabe señalar, además, que el tipo de contratos que une al municipio con los profesores de las escuelas municipales es muy irregular: hay muy poca gente en planta permanente, mientras que los demás empleados se encuentran en condición de contratados, monotributistas o, incluso, prácticamente reciben un subsidio. Muchos empleados, además, solamente cobran desde abril hasta noviembre y no reciben ningún tipo de bonificación durante los meses de receso.
Es debido a esta situación que algunos profesores deciden cobrarles de forma particular a sus alumnos, aunque ese no es el caso de Sosa: «Nunca cobramos cuotas porque mis alumnos eran, por lo general, de recursos bajos, e incluso algunos alumnos no tenían para merendar, así que compartíamos una merienda con ellos», contó el profesor, y señaló, además: «El año pasado perdí alumnos porque muchos no tenían internet, o, ni siquiera, Whatsapp, así que el dictado de clases durante la pandemia se complicaba mucho».
Fuente: intermedios.com.ar