Se trata de “Armonía”, una institución ubicada en Ayacucho 256 de Cañada de Gómez que presta servicios gerontológicos, donde la familia de una ex- residente acusa a los titulares del establecimiento por malos tratos, falta de atención y dejadez hacia una anciana de 84 años que sufre de Alzheimer. La Imprenta obtuvo el testimonio de sus hijas.
Por Emanuel N. Soverchia
Los familiares de una ex-residente de 84 años que padece la enfermedad de Alzheimer, cuyas siglas son R.G. (reservamos su identidad por razones de seguridad) se comunicaron con la redacción de La Imprenta para narrar en primera persona lo que habría vivido su madre. Nuestro medio, en diálogo con sus hijas, pudo recabar detalles sobre los aberrantes acontecimientos que se describen a continuación.
“Mi mamá fue la primera que ingresó a ese hogar (‘Armonía’) con la enfermedad aún tiene y lógicamente se da en forma progresiva. (Desde la residencia) Nos estuvieron mandando durante la pandemia todas cosas que hacía mi mamá, pero en forma de humillación”, trasmitió una de sus hijas.
Agregó; “Nosotros les dijimos sobre la enfermedad de mi mamá, tomaron ellos mismos la carpeta médica, sabían quién es el médico de cabecera, y se llevó la medicación que ella tomaba… la situación de mi mamá, encima de la pandemia, se fue agravando su situación, porque decían que se ponía agresiva; entonces nosotros aportamos llevándola a un psiquiatra, hablando con su médico de cabecera; donde nos agregaban medicación…”.
Según el testimonio de la familia de la octogenaria, dentro de la residencia “Armonía”, sufre un Accidente Cerebro Vascular durante la mañana; pero es atendida por el CEMI a las 17:00 horas aproximadamente. Sin embargo, les comunican la situación a sus hijas a eso de las 18:45 horas, para que ir a buscarla para llevarla al sanatorio; aunque después fue traslada por una ambulancia.
Una de sus hijas manifestó: “Luego, el día 17 de diciembre hace un ACV isquémico; esto le ocurrió a la mañana, pero a nosotros nos avisaron a la tarde que a mi mamá le dolía el brazo. No se sabía porque le dolía el brazo, si se había caído o que otra cosa. Nosotros nos enteramos por los mismos residentes de la institución, que a mí mamá, a la mañana, estando en la silla de ruedas, se le cayó el brazo y la cabeza. Fuimos a allá para sacarle una radiografía, que le había indicado el médico, por un traumatismo; pero cuando llegamos al sanatorio, se hizo la ecografía, no había fractura, pero sí un ACV isquémico; y además presentó signos de deshidratación”.
“Luego hizo fiebre por una infección urinaria; se aisló por protocolo del sanatorio y después de 12 días se le dio el alta; pero en el lapso que mi mamá estuvo internada nos avisaron que si mi ella necesitaba una asistencia personalizada el costo se nos iba a un 100% más, de 45 mil a 95 mil pesos”, continuó, y además agregó: “Aceptamos ese monto; mi mamá volvió a ‘Armonía’, a la misma habitación en la que estaba porque no tenían cama ortopédica para ponerla, y al día voy a verla y me encuentro con la médica del Armonía, quien me preguntó qué le había pasado a mi mamá; por lo que es evidente que la doctora no estaba enterada de lo que había pasado ni tampoco nunca llamó al sanatorio (SIC)”.
El relato de las hijas de R.G. causa escalofríos a medida que avanzan en los pormenores que habría sufrido la anciana dentro de la entidad gerontológica.
La pariente de la mujer comentó: “Volvió con la medicación, con curaciones 2 veces por día; un antibiótico que del martes lo terminaban el sábado… pensando que estaba todo bien, el jueves 31 de diciembre a las 12 del mediodía nos llaman a una reunión, nos dicen que el ‘Armonía’ no estaba capacitado para atender ese tipo de personas, que la habitación no tenía aire acondicionado, que no tenían camas ortopédicas para ponerla, y que nos buscáramos un geriátrico”.
“El lunes 4 de enero, cuando salimos de trabajar, nos preguntaron si ya habíamos encontrado geriátrico. Le dije que dijimos que hasta el momento no; motivo que recibí un mensaje pidiéndome con urgencia que lo consiga”; prosiguió.
«…Por favor, definan con urgencia dentro de esta semana, gracias», fue el mensaje textual del propietario de la institución.
“Le envié un mensaje diciéndole que el martes a eso de la 10 de la mañana retiramos a mi mamá. La respuesta de ellos fue «perfecto, a esa hora estará lista»”; comentó su hija.
En palabras de sus hijas, el martes 5 de enero se dirigieron a la residencia gerontológica para retirar a su madre. Una vez allí, esperaron a que sacaran a la anciana en camilla, sin dejar entrar a sus familiares al lugar. “Nos, echaron, en una palabra, nos echaron…”, dijo a este medio, una de sus hijas.
Explicó su hija: “Cuando llegamos al nuevo hogar de ancianos, con la misma indicación médica que llevamos a ‘Armonía’ al volver del sanatorio, y allí nos encontramos que, en la bolsita de remedios, les faltaron suministrar los 10 antibióticos; o sea que a mi mamá (en Armonía) le cortaron la medicación, no puedo hacer el tratamiento por de infección, por decisión de ellos”.
“Las curaciones, debían ser dos veces por día; pero se hacían únicamente a la tarde; me lo dijo la misma enfermera, porque a la mañana trabaja en otro lugar”, añadió, y confirmó luego que: “El último día que entré a ver a mi mamá era deplorable entrar a la habitación por el olor que había. Cuando viene a curarla la enfermera le dice que a ella no le habían dicho que tenía que curarla dos veces. Y el olor era, que mi mamá se había hecho sus necesidades desde temprano, pero la chica me dijo que no la podía cambiar hasta el cambio de turno porque sola no podía movilizarla… ¿No es abandono de persona? ¿destrato, esto?”.
Otro familiar de la anciana advirtió sobre la historia clínica: “Para que nos den cuatro hojas del estado en que nos entregaban en ese momento a la paciente tuvimos que ir con un abogado para que nos entreguen esos papeles porque no nos atendían el teléfono”.
LAS FOTOS
En una de las imágenes se puede ver a R.G. sentada en un sillón del living de la residencia “Armonía”, semidesnuda, con sus prendas bajas. Esa fotografía fue tomada por el personal de la institución y enviada a los familiares. La señora, como ya se ha mencionado al principio de esta nota, sufre de Alzheimer y confunde los sitios. En esa oportunidad la anciana confundió la sala con el cuarto de baño e hizo sus necesidades allí. Lo que indignó a la familia fue recibir una foto en ese estado, con un emoticón, colocado por la gente del Hogar, que representa la materia fecal, cubriéndole las partes íntimas (aclaramos que la solamente difuminación de la foto fue realizada por nuestro medio para preservar la privacidad de la mujer, pero el emoticón fue colocado por “Armonía”). ¿Era necesario enviar a sus hijas, esa foto de su madre en ese estado? El emoticón que le colocaron demuestra poca seriedad y hasta casi podría tomarse como una burla hacia la anciana que sufre de una enfermedad progresiva que le altera sus facultades mentales.
Dos fotos más fueron enviadas por la residencia a los familiares. En éstas, se aprecia un mueble vacío caído en un dormitorio, argumentando que lo habría derribado la anciana. Con estas fotografías desde la residencia enviaron el siguiente mensaje textual a los familiares de R.G.:
«Hoy corrió riesgo su vida y la de las demás. El ropero estaba vacío y tiró de las manijas. Salió rápido y se sentó en sillón como si nada hubiera pasado. Hoy tuvimos que sacar a… (nombra a otra residente) de la habitación porque gritaba mucho y la insultaba y a… (menciona a otra persona) también le gritaba desde la cama para que apagara tv. Colgándose sacó gancho de la puerta del lavadero. Pasa x placad grande y golpea con su andador enojada y protestando…. hoy se bajó pantalón en salón grande y quería hacer necesidades en sillones y se puso agresiva con empleada. Hasta hace un rato estuvo ingresando en dormitorios de compañeras y se enojaba».
Los propietarios de “Armonía” enviaban estas fotos y mensajes a las hijas de la anciana, para mostrarle a ellas el supuesto mal comportamiento de su madre dentro de la institución. Sin embargo, hay algunos detalles que exponen la peligrosidad del lugar, que ponen en dudas las garantías del bienestar de sus pacientes. Es decir, en el texto anterior, el mismo propietario de la residencia admite que el mueble pudo haber hecho correr riesgo la vida de los residentes, lo que significa que el amoblamiento y las estructuras edilicias no serían aptas para una actividad como esa. Por otra parte, si Armonía no cuenta con los recursos para tener entre sus residentes una persona como R.G. y que no es un geriátrico, sino que buscan asemejarlo a un Hostal ¿Por qué fue admitida al comienzo, sabiendo la enfermedad que padece?
“Que esto no vuelva a pasar, que esto lo hacemos para que la gente tome conciencia, antes de dejar a un familiar cercano en esta residencia para mayores; que tome en cuenta estos detalles, porque son cosas que realmente a uno lo ponen muy mal; porque ver el maltrato hacia una madre o hacia un padre… uno quiere que sea tratado como corresponde, porque para eso uno también paga. Son personas mayores que no pueden defenderse por sí solas; y uno no está buscando un resarcimiento económico, sino lo que buscamos es que estas cosas se sepan para que la gente pueda tomar decisiones sobre donde deja a sus padres”; mencionó otro miembro de la familia; quien además definió: “Donde está ahora R.G., sus familiares, sentimos que se encuentra muy contenida y muy bien atendida, es decir que no todos los hogares son iguales…”
Además, lo que no se comprende, es por qué no se le propinaban los medicamentos como fueron recetados por el médico, y por qué incumplían con las curaciones determinadas por los profesionales del sanatorio, y los aseos personales. A grandes rasgos, estos son evidentes indicios de maltrato, dejadez y abuso de persona. Sería interesante que las autoridades trabajen en estos casos, por oficio, intervengan estos sitios para que nunca más sucedan estos tipos de sucesos.
Derecho a réplica
La Imprenta se comunicó con Natalia Poggi, la directora de “Armonía” para ofrecerle el espacio en el medio para su descargo o derecho a réplica. La titular de la residencia agradeció la oportunidad de parte de ella y su equipo de trabajo. Y explicó que tendrían en cuenta la propuesta de su expresar su posición, si lo consideraran necesario en el futuro.