El suceso ocurrió esta mañana de domingo 12 de enero cuando Mario Oyola, un abuelo de 78 años, se encadenó en la entrada de las oficinas del Poder Judicial Distrito N° 6 sobre Bv. Barcalce 999 de Cañada de Gómez; en reclamo de que la justicia le devuelta la tenencia de su nieta a su hija. Hablamos en el lugar con el hombre y la mamá de la nena. (Fotos: Emanuel N. Soverchia)
Por Emanuel N. Soverchia
El hombre de 78 años decidió tomar esa drástica determinación de encadenarse a la reja de uno de los ventanales de la dependencia judicial local, después de ver su hija Andrea llorar desconsolada por su nieta de 3 años. Quien la justicia dispuso la tenencia para el padre de la menor; quien según el testimonio de su abuelo, la maltrataba.
Mario, con lágrimas en sus ojos, junto a su hija quien en llanto desconsolado y ataques de nervios pedía a gritos que le devuelvan a su hija; estuvo encadenado desde las 10 de la mañana aproximadamente; de pie, bajo el sol y a la intemperie. Personal de Cemi estuvo en el sitio revisando el estado de salud del abuelo y el de Andrea. Mientras que efectivos de la policía de nuestra ciudad intentaban aconsejar al anciano que abandonara la media que había tomado, pero todo parecía resultar en vano.
El problema está ligado a una disputa familiar con respecto a la tenencia de la menor entre una pareja. El padre de la nena, según las madres y el abuelo, retiró a la niña de la casa con motivos de tenerla con él por un rato; pero como ellos mismos relataron a La Imprenta, la propia policía argumentó que la jueza le habría otorgado la tenencia al papá.
“Ayer tarde, el padre de la nena (3) se la llevó… le dijo que sería por un rato; y después vino la policía y dijo que no, que la jueza le dio la tenencia a él (al padre)…” explicó el abuelo, cual fue el origen de la decisión que tomó.
La mamá de la niña llorando sin consuelo, le dijo a La Imprenta: “Yo tengo una bebé de 3 años, mi cuñada siempre la quiso para ella, y ayer fue mi marido a buscarla y me dijo: ‘me la prestás para ir a ver un rato al otro abuelo’; sí, le digo yo, no era el día para llevársela, porque ella tiene sus días; y ahora está allá… la jueza dio la orden para que la tenga la tía porque dice que tiene derecho que la tía la tenga… ¡es mi hija, es mi hija…!; y mi papá se encadenó porque quiere una solución, porque quiere a la nieta y no me la dejan ver… ¡quiero ver a la nena…!
Horas más tardes cercanas al mediodía, luego de entrevistar a la madre y a la abuela de la menor, Mario finalmente aceptó mediar con nuestro medio y accedió a que le quitáramos las cadenas para reincorporarse y volver a su hogar; mientras que la mamá fue derivada a la comisaría con manifestaciones de nerviosismo para tranquilizarla y controlarla.
Ampliaremos a medida que vayamos recibiendo más información.