En el marco de una causa que lleva adelante la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), a cargo del Dr. Carlos Rolero Santurián, se realizó una inspección integral simultánea en 5 supermercados chinos ubicados en las calles Arribeños, Olazábal y Mendoza, del barrio chino de la ciudad.
Las inspecciones de estos comercios son consecuencia de la profundización de una investigación delegada por la UFEMA al Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal y a la División Delitos Ambiental de PFA, luego de la clausura de un local en Mataderos que funcionaba como depósito y comercio clandestino de sustancias alimenticias no aptas para el consumo humano, y que además vertía fluidos contaminantes al exterior.
A consecuencia de las diligencias llevadas en forma conjunta, se determinó que, en los comercios aludidos, se comercializan productos exóticos en su gran mayoría de procedencia oriental, principalmente especies y alimentos de origen agrícolas y malacológicos, que se encuentran siendo clasificados. Por otra parte, se determinó el arrojó indebido al sistema cloacal de fluidos de conteniendo material orgánico sin su correspondiente tratamiento. Asimismo, los comercios carecen de documentación respaldatoria en cuanto a la trazabilidad de los alimentos.
En líneas generales las especies hasta ahora observadas y decomisadas son peces, entre ellos tiburones (protegido por disposiciones nacionales), meros, saracas, y lenguados entre otras y moluscos como almejas, caracoles, sepias no contempladas en el código alimentario argentino, y también en mal estado. Además, muchos de ellos se encuentran en peligro de extinción, por lo que son protegidas por normativas nacional e internacionales.
Como resultante de las constataciones efectuadas, el Dr. Rolero Santurián imputo a los responsables de los establecimientos, tanto personas físicas como jurídicas por las contravenciones previstas en los art. 56 – arrojos de sustancias insalubres – y art. 85 – ejercicio ilegal de una actividad –, al comprobarse la afectación ambiental y sanitaria por los arrojos directos a la red pluvial, y por los olores generados, y además por incluir como actividad habilitada a productos de fauna que no están incluidos en el Código Alimentario, ya sea por el producto en sí mismo, o por las condiciones del mismo por no pasar el control bromatológico de la DGHySA.
El Dr. Rolero dio relevancia a los procedimientos debido a las trágicas consecuencias producto de la ingesta de productos alimenticios de animales extraídos de sus hábitats naturales sin ningún tipo de control, no solo por la protección al Ambiente y a la Biodiversidad, sino que también de enfermedades zoonóticas como el COVID-19.
Se llegaron a contabilizar 2000 kilos de alimentos en mal estado o no apta para el consumo humano, que fue destruida en el lugar por la DGHySA para evitar su puesta en circulación, y poner a resguardo a la población.
Los procedimientos, coordinados por el Cuerpo de Investigaciones Judiciales, contaron con la participación de la División Delitos Ambiental de PFA, Dirección General de Higiene y Seguridad Alimentaria, Dirección General de Fiscalización y Control, Dirección General de Protección del Trabajo.
La causa continúa en investigación.
Fuente: mpfciudad.gob.ar