Muchas veces hemos tenido grandes oportunidades, grandes desafíos, muchas veces hemos tenido la mirada del mundo, ya sean en situaciones buenas o malas, pero fueron muchas.
En el consciente de la gente se fue perdiendo todo lo bueno, los buenos modales, porque era más fácil no tenerlos que ponerlos en práctica; el respeto, porque es mejor pasar por arriba del otro que estar al lado; la sinceridad, porque es mejor engañar y mentir que ser sincero y enfrentar las cosas. Se perdió la socialización pacífica de las personas, surgiendo así los buenos y malos, grupos sectoriales, grupos donde cada uno quiere tener sus derechos y beneficios.
Pero, ¿Dónde quedó toda la gente que si tiene todas las cualidades de “buena persona” o de “reino”? está emergiendo, saliendo del escondite que la misma política cultural ha aplastado. Un cambio político y un pisotón, otro cambio y otro pisotón a lo bueno, a lo correcto, a lo nuevo, no hay avance, todo retroceso.
El mundo siempre dijo que “los argentinos son muy solidarios”, si claro, porque tenemos que estar supliendo obligaciones del Estado. Se dice también que somos muy creativos, si claro, hay que imaginárselas cada día para trabajar, crear un microemprendimiento sino tenés trabajo, inventar una solución a una necesidad porque no hay productos que entren al país, en fin, nadie te da una mano y hay que arreglarse como se puede. Ahí aparece el solidario con un profundo sentimiento.
También se dice que exportamos o que tenemos muchos científicos reconocidos, o que han salido del país grandes figuras de distintas disciplinas, a lo largo de los años. Mientras a muchos no les importa nada de todo esto hay gente que pierde la vida luchando por un cambio. No quiero que se vaya más gente, quiero que luchen por su familia, no quiero que los argentinos miren desde afuera al país, quiero que luchen con nosotros, la unión hace más grande la fuerza. La unión de verdad, con espíritu de Dios, verdadero, con entendimiento profundo de la situación del país.
Señor presidente y todos los políticos: me resisto a que nos traten como tontos, me resisto que nos queme el país, me resisto que se lleve todos nuestros ahorros, me resisto a darles las generaciones futuras a que las deje en bancarrota, me resisto a la implacable mano que nos quiere poner sobre nuestras riquezas. Me resisto a la necedad, me resisto a la esclavitud, ¡me resisto a la corrupción diaria!
Nuestras riquezas son más grandes de lo que imagina, tenemos riquezas de lo alto, de espíritu, y vamos a luchar para que no nos aplasten, para que no se vaya más gente, para que sigamos creciendo y que los demás países se peleen por “los argentinos”. Porque, como bien dijera el DT de la selección de fútbol “esto se logró en equipo y con trabajo y esfuerzo”, no hay otra forma.
¡No está mal ser rico, no está mal trabajar en equipo, no está mal defender la verdad, no está mal castigar al corrupto o desobediente a la ley, no está mal el pensar diferente, no está mal estudiar!, lo que ustedes dicen que está mal, quizás muchas veces está bien.
¿No ve Señor Presidente, todas las cosas buenas que tenemos? Tenemos gente de exportación, con conocimientos y calidad de personas, deportistas, científicos, personas comunes que valen oro, personas con una calidad que no tienen otros países, talento y muchas más.
¿No ve Señor Presidente, que el mundo dice que tenemos cosas excelentes para ofrecer? Tenemos inteligencia y determinación, nos sobra el esfuerzo, ¡y si sabremos de esperar para conseguir objetivos!
Aunque no tenemos cultura milenaria como Oriente, tenemos valores y principios que hemos adquirido en las adversidades. ¡MIRE SEÑOR, miren todos los que no creen en la Patria!
Estamos viviendo en dos países dentro de uno. Uno que quiere resurgir, y otro que quiere aplastar a los que están surgiendo. No nos van a detener, no nos van a aplastar, ya rompimos el cascarón, ya comimos y ahora estamos volando al mundo.
¡Miren todos los que esperan en Dios el único, miren todos hacia arriba, la voz del águila está llamando, el león desde abajo los está reuniendo, miren! ¡Acérquense, los estamos esperando, Argentina los espera! ¿Mire Señor como somos cada vez más!
Señor Milei, nuestro futuro presidente, espero que estos cambios que la Argentina necesita, usted pueda llevarlos adelante. Usted tiene la verdad para establecer ese cambio radical en nuestra Patria, no dude en implementarlos, porque tiene el apoyo de mucha gente que espera ese cambio, y Dios está acompañándolo y llevándolo de la mano para que esto sea una realidad.