Emulando al periodista Mariano Grondona, empecemos por la definición de la palabra, y esta consiste en: “Período de la vida de la persona comprendido entre la aparición de la pubertad, marcando el final de la infancia, y el inicio de la edad adulta, momento en que se ha completado el desarrollo del organismo”.
Por Leandro Olmedo
Ahora trasladémoslo a la actualidad del país, ambiguo desde sus raíces, contradictorio, con mixturas, capaces de abrazar y explotar al mismo tiempo, en ese país vamos creciendo, un país que fue capaz de aplaudir y silbar a la misma persona en el mismo momento y lugar, agitando banderas al grito de ¡viva la patria! …esa misma gente que fue a la plaza y una vez consumada la derrota le dio la espalda a los llamados “chicos de la guerra”, y si-decían- si fueron con una gomera…que querés…
Puede que se lea como una mirada crítica a nuestra sociedad y espero así sea, yendo un poco hacia atrás (argumento por qué mencione anteriormente a los orígenes) a modo de anécdota hace tiempo viajaba hacia el sur de la Pcia. de Bs As y entre localidad y localidad en la que el colectivo seguía su curso a mi destino, pase por la ciudad de Rauch, y como en esa época no había celulares con internet, la curiosidad me llevó a lo que era la antigua Wikipedia, es decir, la biblioteca. Investigando en resumen hablamos de Federico Rauch, militar alemán condecorado por asesinar a degüello a indios en lo que posteriormente se llamó la Campaña del Desierto… estaba parado precisamente en una ciudad que lleva el nombre de semejante genocida (uno de los primeros en la lista triste de esta patria) …eso era grave, que nadie supiera o aun peor, QUE A NADIE LE IMPORTE UN CUERNO, es lo que más me preocupaba, es como si en 100 años la “ciudad Jorge Rafael Videla” sea el lugar en donde las familias elijan asentarse.
En la actualidad y con unas nuevas elecciones a la vuelta de la esquina tengo que marcar algo positivo en nuestro pueblo, a pesar del descreimiento lógico a tanta promesa incumplida durante tantos años, a tanto político vendiéndose al mejor postor con tal de ocupar ese bendito cargo, a pesar de tener por primera vez 36 años de democracia sin interrupciones, hemos aprendido; eso sí, nos costó 100 años. ESA ADOLESCENCIA que menciono al principio de la nota fueron 100 años para aprender a respetar a quien elegimos como presidente, con aciertos y errores, aprendimos a respetar las instituciones, a entender que vivir en democracia implica eso tan nombrado en los colegios que es “derecho” pero también “obligación”, que la democracia es el poder del pueblo para el pueblo y que esos poderes independientes debemos hacer que así trabajen, eso es cuidar la libertad que tanta sangre costó a nuestros verdaderos próceres para que tengamos hoy un país soberano, como dice nuestra constitución “para todos aquellos que quieran habitar el suelo argentino”.
Sin más, termino mi segunda taza de café, algo fría ya y me dispongo a caminar un rato, aprendiendo como digo siempre, esto de vivir, de eso se trata ¿no?