ChatGPT cumple tres años, 800 millones de usuarios utilizan la herramienta de OpenAI que ha pasado de simples respuestas automáticas al dominio de la multimodalidad y el razonamiento. Algo similar ocurre con Gemini con 650 millones de usuarios semanales.
Un amigo me contó que su hija, en una ciudad de EEUU, tomó una “especie de uber”, sin conductor, el auto llegó “solo”, sin chofer, en horario y en el viaje pudo programar desde la temperatura interior hasta la música y pagar cuando llegó a destino todo desde la aplicación con su celular.
La semana pasada en EEUU el 40% de la música country que se escuchó fue de ¿Hank Williams, Johnny Cash o Dolly Parton?, no, sino de la IA.
En octubre pasado, la cadena británica Channel 4 presentó un documental titulado “¿Me quitará mi trabajo la IA?”, conducido por Aisha Gaban, una mujer de unos 40 años, precisa, seria, formada, elegante. Cuando terminó, saludó cortésmente y dijo “no existo”. Los espectadores no pudieron reconocer que se trataba de un ser digital. Para seguir cargando las tintas sobre el tema, lejos de detenerse la IA acelera, tras cartón, la misma plataforma creó a Tilly Norwood, una actriz virtual que tenía la intención de ser la próxima Helen Mirren.
El magante dueño de Tesla, Elon Musk dijo “en el ¿futuro? trabajar será opcional, porque la inteligencia artificial será capaz de hacerlo todo”.
¿A cuánto estamos de eso? Nada, ya lo estamos transitando y a la velocidad de la luz. Sería perder el tiempo ponerse a analizar, valorar, si es bueno o malo, en el futuro los historiadores lo dirán. Lo cierto es que más allá de la valoración que cada uno tenga, guste o no, la realidad es la que es y es más allá de la que uno quiera que sea, ¿resignarse o adaptarse? Estamos ante nuevos desafíos existenciales, el titulo de esta nota que podría haber sido el de una película de ciencia ficción de un puñado de años atrás, es hoy algo que empieza a funcionar como un fantasma. Está ahí, latente, no se lo ve, pero se teme su presencia.
El desafío de entrar a esa dimensión desconocida atemoriza, la ciencia ficción ya es ciencia fáctica. La robotización un hecho, así, como existe el auto sin chofer, ya hay robots con morfología humana que hacen mandados, todos los quehaceres domésticos, programan comidas, medicación y muchas cosas más. En EEUU en la franja etaria de 15 a 40 años un 25% está dispuesto a probar una relación con una novia o novio virtual. Muchos ya lo han hecho. Mario Pergolini anunció en un una nota, días pasados que el año próximo se pondrá en funcionamiento algo similar aquí en el país, destinado a personas solas o con problemas de salud. Un asistente virtual. Las plataformas de este nuevo nicho de negocio no paran de crecer. Y ofrecen una amplia gama de servicios. Lo que los usuarios estarían encontrando de un modo muy realista y “humano” es amabilidad, buen trato, predisposición, nada de enojos, disponibilidad permanente, simpatía, gratificación, entre otras bondades. También anunció Pergolini que en dos, tres años, habrá robots que lleven los chicos a las escuelas y dejo abierto un interrogante: ¿Qué nuevas patologías pueden surgir a través de un chico que se comunica con una máquina? Desafío para la sicología que deberá abordar estos nuevos temas. De igual manera para el resto de la profesiones. También la medicina deberá readaptarse, por ejemplo estudian la manera de leer la mente a través de unos Airpods utilizando IA de manera que pueda interpretar señales cerebrales en tiempo real para detectar casos de epilepsia, trastornos del sueño y enfermedades neurodegenerativas. En el caso de nuestra profesión, el periodismo, ¿hasta donde una radio, un diario, la tele, no evaluará reemplazar talentos humanos por creaciones digitales?
El futuro llegó, más allá de que nos guste o no, de que la realidad no sea la que nos gustaría que sea, por cierto el tema no es analizar lo que está pasando, Lo que está pasando, está pasando, la pregunta es ¿qué hacemos con lo que está pasando?, ¿cómo encontrar una hoja de ruta para avanzar hacia lo inédito, inexplorado, hacia la dimensión desconocida?
Una aclaración final, esta nota fue escrita por un ser humano, por ahora.



































