Esta cuna de importantes civilizaciones de las tres grandes religiones de la Humanidad, encrucijada de la masa continental euroasiática y africana, las tierras que se extienden desde el este de Europa y el mediterráneo hasta el sur de Rusia y Asia Central, abarcando el norte de África, han presenciado el vertiginoso ir y venir de pueblos y culturas. Oriente y Occidente definieron en estas tierras y en repetidas ocasiones, su pugna por el dominio planetario. Las contingencias del combate, ampliaron o restringieron las fronteras de la región, de acuerdo con el espacio, el tiempo y las fuerzas de que disponían los contrincantes. En el tercer milenio a.C surgieron es esa zona de influencia (hinterland), las civilizaciones sumeria y egipcia a orillas de los grandes ríos de la región, el Nilo, el Tigris y el Éufrates. Un milenio más tarde prosperaron las civilizaciones hitita, siria y babilónica. Sus habitantes contemplaron las sucesivas oleadas de pueblos que desde el Mediterráneo, los desiertos de la Península Arábiga y las estepas de Asia Central, traían suspropias culturas, eran los pueblos del norte y del mar, los semitas y los filisteos. De norte a sur se organizaron los reinos Frigio, Urartu, Asirio, de Israel y Judá, estos últimos poblados, por el éxodo de algunas tribus nómades, hebreas a las que Moisés condujo desde Egipto. En el primer milenio a.C, otro pueblo, el Fenicio, cruzó el Mediterráneo llevando su cultura al norte de África y más allá.
A partir del siglo VI a.C, el imperio Persa unifica toda la región en un solo mosaico, e incorpora al Imperio Egipcio, en su tercer milenio de existencia. Doscientos años más tarde, Alejandro Magno llega a estas tierras buscando las fronteras del mundo conocido de las que le había hablado su maestro Aristóteles. Conquista el Imperio Persa proclamándose sucesor legítimo de “Aqueménidas”. Al instalarse en Babilonia, lo hace convertido en un rey persa. Los reinos fundados por sus cuatro herederos, los diáconos, tuvieron más elementos en común con las dinastías orientales que sus antecesores helénicos.
Dos siglos después, la región sufrirá un nuevo embate de occidente y quedará incorporada al Imperio Romano como provincia.
Y así fue saqueándose y vaciándose la cultura y la economía oriental, durante siglos y de manera permanente, aquella que fundamentó la propia historia del Hombre.
A principios del siglo XX, se agrega un nuevo factor para las potencias coloniales; la creciente importancia del petróleo como combustible del crecimiento industrial y la maquinaria bélica. En vísperas de la primera guerra mundial, coexistían en la zona, junto al Imperio Otomano, Gran Bretaña, Francia e Italia.
Volviendo al año 1956, en julio de ese año se nacionaliza el Canal de Suez, en un discurso en Alejandría, Nasser anuncia este cambio y además, asegura que la financiación de la presa de Assuán se construirá con los beneficios “que nos privó esta compañía imperialista, este estado dentro del estado mientras nos moríamos de hambre…Hace cuatro años Faruk huía de Egipto; hoy en nombre del pueblo, yo tomo el Canal. Esta tarde nuestro Canal será Egipcio, dirigido por Egipcios”.
El 31 de julio en una carta de Eisenhower a Antoni Eden, manifiesta que el gobierno americano frente a la nacionalización del Canal de Suez, no oculta su oposición a un enfrentamiento armado en Medio Oriente. Dice Eisenhower: “El uso de las armas debe ser evitado, hasta que no estemos en condiciones de probar al mundo la incapacidad de Las Naciones Unidas para resolver este problema. Solamente cuando hayamos agotado todos los medios pacíficos, podremos pensar en una intervención sin descuidar, sin embargo, las reacciones mundiales, los riesgos de una guerrilla o de una iniciativa soviética”.
El 16 de agosto, se realiza en Londres la Conferencia de las Potencias Marítimas para discutir el status del Canal. Asisten 22 naciones, 18 de las cuales acuerdan entablar negociaciones con Egipto para que las operaciones del Canal sean efectuadas bajo el control internacional, si bien Nasser acepta reunirse con una delegación de cinco naciones, el fracaso fue rotundo.
El 29 de octubre del mismo año, se inicia la SEGUNDA GUERRA ÁRABE-ISRAELÍ.
Los actores: Israel, Gran Bretaña y Francia contra Egipto; la causa central y más importante del conflicto, fue la nacionalización del Canal de Suez. Otros acontecimientos que precipitaron el conflicto, fueron las infructuosas reuniones en Londres con la Liga Árabe, la oposición de Nasser al Pacto de Bagdad y el acercamiento de Egipto al bloque de la URSS. En el caso de Israel, el exagerado temor por la asistencia soviética a Egipto y el crecimiento del nacionalismo militante en los países vecinos de la región, como Siria y Jordania. Gran Bretaña veía amenazada su influencia en Medio Oriente y la creciente influencia de Nasser que estaba dejando atrás a su principal aliado. Francia además de ser perjudicada económicamente por la nacionalización del Canal, estaba perdiendo Argelia por la colaboración de los servicios de información egipcios hacia la resistencia argelina.
El 7 de noviembre de 1956 la Asamblea General de la ONU, solicita a Gran Bretaña, Francia e Israel, el retiro de sus tropas de Egipto. El presidente Eisenhower, en una nota personal dirigida a Ben Gurión, expresa: “El rechazo israelita al llamado de las Naciones Unidas dañará la amistosa cooperación existente entre nuestros países”.
En este punto conviene preguntarse cuales fueron los resultados de la segunda guerra Árabe-Israelí, que bien que podrían resumirse en: a) No soluciona el conflicto territorial, b) Incrementa la hostilidad de Egipto hacia Israel y Nasser intensifica el sentimiento de unidad árabe,C) Marca el ocaso definitivo de Inglaterra y Francia en la región y determina a sus nuevos herederos que serán EEUU y la URSS, d) Para Egipto constituye un brillante triunfo político sobre las potencias dominantes, e) Para Israel significa una vergonzante derrota diplomática; además, bajo la presión de la opinión pública internacional y la amenaza de EEUU de retener su ayuda financiera, Israel se ve obligado a retornar a sus antiguas fronteras.
El día 5 de enero de 1957, Eisenhower da a conocer una declaración política sobre el problema de Medio Oriente. Expresa su intención de asistir económicamente a los países de la región que lo soliciten y se compromete a asegurar la integridad territorial de los países de Medio Oriente; “contra la agresión armada de cualquier nación controlada por el comunismo internacional”. Esta declaración es conocida como la Doctrina Eisenhower. También el 15 de enero de ese año, se promulga la “Ley de Egiptización” de las compañías extranjeras. Las cuatro naciones musulmanas del Pacto de Bagdad (Irak, Turquía, Irán y Pakistán), se pronuncian a favor de la Doctrina Eisenhower. Casi de manera insólita, el 3 de junio la Knesset hebrea da su adhesión a la Doctrina Eisenhower.
Con el fin del mandato de Eisenhower y el corto período de su sucesor J.F. Kennedy, podríamos decir que Medio Oriente pretendía entrar en una etapa de estabilidad y sin guerras a pesar de las enormes diferencias diplomáticas con occidente y entre el mismo mundo Árabe.
Pero este alentador panorama, no duró demasiado tiempo,ya que en la mañana de junio de 1967, las fuerzas Israelíes atacaron y obtuvieron en pocas horas la supremacía aérea, destruyendo aviones y aeropuertos Egipcios y de sus aliados. A partir de ese momento la campaña se desarrolla en tres frentes: a) en Jerusalén, b) en la margen derecha del río Jordán contra el ejército Jordano y c) por último, durante los días 9 y 10 de junio, en las alturas del Golán, contra Siria. Israel utilizó aviones Mystére y Mirage, atacando aeropuertos de Jordania, Egipto y Siria; en Egipto 16 aeropuertos fueron inutilizados junto a sus aviones en tierra. Así comenzaba LA GUERRA DE LOS SEIS DÍAS.
Pero el genocidio de Palestina por estos días, nada tiene que ver con una guerra convencional entre estados ni ejércitos, lo que hoy vemos es un bombardeo inhumano e ilegal contrauna población civildesarmada, el ataque a hospitales y campamentos de refugiados indefensos más cientos de miles de personas desalojadas de sus viviendas y sin destino.
El acto inmoral y de lesa-humanidad desatado por Netanyahu, está siendo avalado en declaraciones diplomáticas infantiles y políticas por estados como Inglaterra, Francia, Alemania, Italia y EEUU, en una actitud vergonzante e inexplicable; mas la tibieza explícita de occidente en condenar semejante atrocidad.
Podemos concluir entonces, dejando un sinnúmero de detalles históricos diciendo que, desde la guerra de los seis días hasta hoy, nada cambió; por el contario, se está llevando a cabo una limpieza étnica de grandes magnitudes con un pueblo semita en Palestina, por otro que reniega de su propio origen.