Según el último reporte de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en siete días se logró sembrar 1,15 millones de hectáreas de soja, superando el récord anterior de 1 millón en el mismo lapso. Este avance es significativo, especialmente considerando que la siembra actual presenta un retraso del 20% comparado con el promedio de los últimos cinco años.
Este ritmo de siembra es una respuesta a las preocupaciones climáticas que enfrentan los productores. Las lluvias, aunque necesarias para paliar períodos de sequía, ahora generan incertidumbre. Se pronostican más precipitaciones para el viernes, con tormentas potencialmente fuertes en Santa Fe, lo que podría complicar aún más las labores de siembra.
El consultor Alfredo Elorriaga advierte sobre el impacto del cambio climático en la región, mencionando un enfriamiento significativo en el sur de la región pampeana debido a los sistemas frontales. Esto agrega una capa adicional de desafío para los productores, que deben equilibrar la necesidad de avanzar en la siembra con las condiciones meteorológicas adversas.
En cuanto al avance de siembra en distintas áreas, el norte de la región núcleo lidera con un 65% de implantación. Sin embargo, en otras zonas como el noreste bonaerense, el progreso es mucho menor, con solo un 10% de siembra completada. Los productores enfrentan varios obstáculos, incluyendo el anegamiento de terrenos y el bajo vigor de las semillas debido a malas cosechas anteriores.
Paralelamente, la cosecha de trigo también está en marcha, con un 10% de la superficie triguera ya recolectada en la región núcleo. Los productores de María Susana (Santa Fe) destacan el inicio temprano de esta cosecha como histórico, aunque las lluvias y el granizo recientes han causado daños considerables en algunas áreas.
Finalmente, las lluvias de los primeros 15 días de noviembre casi han duplicado el promedio histórico en la región, con algunas localidades acercándose a triplicar la media estadística quincenal. Este cambio en el patrón de lluvia es crucial para la agricultura de la zona, aunque todavía hay áreas en el oeste que sufren de sequía persistente, señalando una distribución desigual de las precipitaciones en la región.
Este récord de siembra de soja, en medio de desafíos climáticos y logísticos, destaca la resiliencia y la capacidad de adaptación de los productores de la región núcleo. Con el reloj en contra y el clima como un factor impredecible, el sector agrícola sigue luchando por mantener su ritmo y productividad.