A veces estamos tan confiados en que tomamos una buena decisión, que luego resulta ser equivocada porque vamos hacia el lado incorrecto.
Por Ivana Isasa
Creer lo es todo, según lo que el hombre cree, así actúa, tengámoslo bien presente. Porque sin la fe no podemos vivir, la fe es un principio, que según donde se ponga, va a actuar. En la vida uno cree, en diferentes cosas, en personas, en que una situación va a salir como se piensa, en que una persona enferma se va a sanar, en fin, miles hay para nombrar. Por ejemplo, hay gente que cree y vive de lo que dicen los medios de comunicación, lo convierte en su filosofía de vida, toda su vida comienza a rondar en torno a ello, ¿y cómo actúa? Temerosa por la calle, desconfía de todos, termina encerrada en su casa, etc.
El problema aparece cuando dejamos nuestra propia creencia y la reemplazamos por otra sin darnos cuenta, porque cuando ésta se ve invadida a la fuerza por otra mayor, como una imposición. Hay un viejo Proverbio que dice “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte”, no se asusten, no hablamos de la muerte física, sino de la decisión que al final tomamos. Veamos, si creemos que el camino es derecho, o sea que es recto, que no tiene ninguna curva es porque creemos ciegamente en lo que hacemos, y sabemos que “vamos por buen camino” como se dice habitualmente. La muerte es el resultado no deseado, o no esperado, cuando actuamos esperando un resultado y ¿Qué paso? Paso otra cosa, quizás en nuestro camino rozamos con alguna piedra y nos llevó a desviarnos.
Algo que nos puede ayudar es aprender a analizar la situación planteada antes de tomar la decisión, a veces se nos puede presentar una disyuntiva y es allí donde aplicamos la fe, recordemos, según lo que creo voy a decidir, o en lo que mejor me parece. Esto es muy bueno, porque es un período de análisis que me lleva a tomar una decisión correcta, desde lo más sencillo a lo más difícil o complicado, como por ejemplo elegir un champú hasta comprar un auto, si debo aconsejar a alguien o no, puede ser cualquier cosa. Hoy en día estamos rodeados de noticias buenas o verdaderas y de noticias falsas, de mensajes verdaderos y mensajes engañosos, la cuestión es si sabemos identificarlas. En lo que estamos seguros, es en lo que confiamos, lo hacemos sin dudar, pero en aquello que no sabemos dudamos, es ahí donde debemos estudiar la situación, analizar lo que me dicen.
Muchas personas creen sin pensar, porque no tienen tiempo o no sienten la necesidad de detenerse un momento y pensar si su camino es derecho, o se tuerce, es como que van por la vida porque el aire es gratis, como se dice habitualmente. Pero sabemos que no hay nada gratis, todo tiene un costo al final, quizás inicialmente no lo evaluamos, pero debemos considerarlo, como una de esas dos opciones de la disyuntiva. “Todo hombre prudente procede con sabiduría; Mas el necio manifestará necedad”, este Proverbio nos dice que la persona prudente tiene astucia, o sea que tiene un discernimiento de lo que le conviene y está bien consiente cuando hace su elección, obviamente en ese caso es una buena elección. Pero el necio, es una persona dura, que insiste en los propios errores o se aferra a ideas o posturas equivocadas, mostrando poca inteligencia, es tonta, y que en el final del camino que toma termina siendo un perverso, no porque lo haya definido así, sino porque la condición que toma y las acciones lo llevan a ser eso, un pervertido pero porque tuerce su camino, a esto se refiere. La necedad lo lleva a hacer lo incorrecto, a tomar el camino sin meditar, porque justamente cree tanto en su decisión que no necesita de este proceso, actúa muchas veces sin pensar. Si nos vemos a nosotros mismos, nos daremos cuenta de cuantas cosas hemos hecho sin meditar, solo porque tenemos la fe en ello, y con eso basta.
Sobre el ejemplo de las noticias, y de los que tenemos por gobernantes en el país, en todos los niveles, deberíamos ser prudentes y ver lo que nos están diciendo, si es favorable para nosotros o no, porque quizás sin darnos cuenta, elegimos el camino del necio, y nos estamos engañando con la información, estamos creyendo que vamos a tener un resultado exitoso y no es así. Pero, ¿Cómo saber esto? Según los resultados nos vamos a dar cuenta, y si queremos saber de antemano si es lo correcto, volvemos al principio, veamos en que estoy creyendo si me lleva a buen resultado. Hay tanta información hoy en día, tantas noticias, que muchas veces nos mareamos con todo lo que se nos presenta, pero justamente el ser prudente me lleva a tener un buen juicio, y poder definir lo que quiero escuchar.
Así en la vida, como la disyuntiva de la Chiqui, “lo hago o no lo hago, lo como o no lo cómo, te sigo o no te sigo”. Pero en ocasiones, aparece alguien en nuestro camino, parado frente a nosotros que nos viene a decir que estamos yendo para el lado equivocado, que no vamos a tener el resultado que esperamos si seguimos así. Alguien que nos está enfrentando a otra realidad. Como nos saltamos el análisis previo, ahora resulta que elegimos erróneamente, y no estamos consiguiendo lo que queríamos. ¿qué nos faltó o que pasó? Resulta que no soy tan sabio como pensaba, y si alguien más me está diciendo que por ahí no es el lado indicado, que hay uno mejor o que lo puedo hacer mejor. El necio no quiere escuchar, está confiado en lo que cree, en es su propio concepto de cómo hacer las cosas, su propia creencia, es porfiado, sabe que hay otra forma de hacer las cosas pero el tonto prefiere hacerlas como él quiere, es una dualidad constante, sé pero no lo hago.
Así lo vemos en la sociedad, cada uno actúa según su creencia, ciegamente en ello, en un solo camino, no se acerca a otro camino, va confiado en ello. Y cuando otro nos muestra algo diferente, nos cuesta creer, que nos diga algo que nuestros ojos nunca vieron, nuestros oídos nunca escucharon, otra forma de hacer las cosas, de vivir, de pensar. Esto pasa mucho en la política, los fanatismos hacen que la persona no puede aceptar otra creencia de algo distinto, sea mejor o diferente, solo existe lo que ella misa piensa.
Al fanático no le importa ver otro camino, es como el tonto o necio que no acepta otra posición, pero hay otra gente que si podemos considerarla sabia. “El sabio teme y se aparta del mal; Mas el insensato se muestra insolente y confiado.” El insensato es el que no quiere entrar en razón, no quiere ver, justifica todo el tiempo con argumentos opuestos para no ver lo derecho, el camino correcto. En nuestra vida personal, podemos encontrarnos con otros pensamientos, otras formas de ver las cosas, de encontrarnos con alguien que nos quiere abrir los ojos en algo, entonces no seamos necios. Yo, y solamente yo decido, creer en algo que me va a llevar al éxito, o creer en algo que, aunque se el final, lo sigo porque me da alguna esperanza. Sepamos que el engaño nos lleva a quedarnos atrás, los productos engañosos nos hacen mal, las compras engañosas nos estafan, los pensamientos engañosos nos hacen tontos porque creemos en algo que nos está desviando de poder darle al blanco.
De nuevo, en lo que yo creo, en ese camino voy a actuar. Pero ahora, ya que estamos avispados, hagamos este proceso de análisis y veremos si que todo cambia, si dejamos de ser tontos para convertirnos en sabios, que no tengo más que ser arrastrado sino que puedo decidir por mí mismo, que no soy insensato porque tengo el conocimiento de las cosas y lo que busco es poder superarme día a día.
Haciendo esto, estamos en condiciones ahora de tomar nuestras decisiones correctamente. Puesto que el necio, sabiendo hacer lo correcto, se empecina en no hacerlo, aunque sea beneficioso para sí mismo. Leamos atentamente, analicemos todo lo que se nos presenta delante, para que cuando estemos parados delante de dos caminos, sepamos cuál nos llevará al éxito seguro.