Si bien, hay muchas rampas en mal estado, rotas, con pozos o con desniveles, la ubicada en Centenario y Audano tiene además la faltante de conexión entre la rampa y la vereda, que está mucho más alta y la separa una porción de tierra. “Es imposible de utilizar la rampa y la vereda. Yo no sé si es paradójico, pero puedo asegurar que mandar a pintar eso es una falta de respeto a los vecinos, pintar algo que NO PUEDE SER UTILIZADO», dijo y agregó, “lo peor es que lo he visto en varias rampas donde el empalme de la rampa con la calzada está rota”.
Los recursos desperdiciados de la ciudad y el tiempo desaprovechado en pintar algo que no cumple su función debe ser reparado. “No entiendo cómo es que todo lo que está cerca de un cordón y está quieto es susceptible de ser pintado. Eso no es una política pública, lo es el arreglarlo previamente a su pintado o señalización”.
El municipio, en las últimas semanas ha enviado una cuadrilla de trabajadores a pintar las rampas, muchas de las cuales no pueden ser usadas por una silla de ruedas, por un coche de bebés o una persona mayor.





































